La que comienza no es una semana más para los mercados, como suele suceder cada vez que hay reunión de política monetaria de la Fed. Este encuentro, el segundo del año, finalizará el miércoles pasado el mediodía del este, y al mismo le seguirá la habitual conferencia de prensa del presidente de la entidad, Jerome Powell.
En las últimas semanas, los rendimientos de los bonos de largo plazo pesaron en el ánimo de los mercados. El dólar se fortaleció en buena forma durante varios días, cediendo posiciones ya sobre el cierre de las operaciones del viernes, sobre todo ante el euro, la libra esterlina y el dólar canadiense. El Loonie se encuentra nuevamente en máximos de algo más de 3 años, impulsado por el petróleo, que se ubica en máximos desde abril de 2019, y algunos fundamentales de Canadá, lo cual agregado a la debilidad de mediano del dólar dio por resultado el rally de la divisa canadiense.
Pero esta debilidad del dólar, que se hace tangible en algunos cruces, no es tan visible en el corto plazo frente a otras monedas también importantes. El yen terminó una de sus peores semanas en varios meses, e inició la actual con notables signos de debilidad, que probablemente lo acerquen a 110.00. El oro, que al igual que el yen suele actuar como activo de refugio, apenas logró recuperarse de sus mínimos de 9 meses a los que llegó el lunes pasado en 1675 dólares, aunque su destino aparece algo más despejado para los próximos días.
Respecto a las monedas europeas más importantes, como el euro y la libra esterlina, no se ve claro el futuro inmediato. En principio, ambas mantienen sus respectivas tendencias alcistas de corto plazo, aunque una caída de unos 100 o 150 puntos más de cada una de ellas significaría un cambio de tendencia para las próximas semanas.
Los movimientos del lunes y martes se anticipan acotados. El comunicado de la Fed, y sobre todo la presentación posterior de Powell son los eventos que moverán realmente al mercado. Los operadores tienen incertidumbre respecto al rendimiento de los bonos, y las medidas que pueda tomar la Fed. Pero también comienzan a surgir serias dudas en cuanto al rebrote de inflación que invariablemente va a surgir pasado abril, cuando la montaña de dinero emitida por el gobierno de Biden, y los ahorros de los consumidores que lentamente vuelven a su vida normal, comiencen a fluir en el circuito.
Sobre ambos aspectos se ha pronunciado Powell en los últimos días. El lunes pasado provocó una fuerte baja en Wall Street, rápidamente revertida ante la convicción de que si algo no le faltará a la bolsa es liquidez. De hecho, los futuros del índice Dow Jones cerraron el viernes en máximos históricos, casi en los 33.000 puntos, y los del S&P 500 y Nasdaq 100 se acercan a sus propios récords. En parte, que estos rallíes se mantengan sanos dependerá de lo que diga Powell el próximo miércoles.
Otros datos de interés en la semana que se inicia serán los flujos de capitales extranjeros hacia Estados Unidos, este lunes, las ventas minoristas el martes, y la declaración de política monetaria del Banco de Inglaterra, prevista para el jueves, y que tendrá su propio peso en la entonada libra esterlina.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College