Cuando una acción de dividendos ofrece un rendimiento mucho más alto que el mercado en general, suele ser un signo de peligro.
Un aumento del rendimiento a menudo indica que los pagos corren el riesgo de verse recortados en el camino. Las empresas que están en pleno cambio de rumbo, o que se enfrentan a alteraciones a corto plazo, por lo general encajan en esta categoría. En una situación de cambio típica, las empresas intentan reducir su enorme deuda, o lidian con un escenario en el que los nuevos actores del sector están poniendo en peligro su cuota de mercado.
Para los inversores interesados en probar suerte en esta área del mercado, sin embargo, aquí están nuestras dos opciones a considerar: AT&T y Enbridge:
1. AT&T
El operador de telecomunicaciones más grande de Estados Unidos, AT&T (NYSE:T), es una apuesta de gran recompensa, aunque potencialmente de alto riesgo para los jubilados. Con un rendimiento de dividendo anual del 7,39%, ofrece uno de los mejores rendimientos disponibles de entre las principales acciones con un largo historial de pago de dividendos.
Pero ese retorno no viene sin riesgo. Las acciones de la compañía con sede en Dallas han perdido más de una cuarta parte de su valor desde el comienzo del año, ya que los inversores ven una gran incertidumbre en torno a esta icónica marca pues sus operaciones principales luchan por producir crecimiento, y la compañía acumula una enorme carga de deuda. Las acciones cotizaban a 27,75 dólares al cierre de ayer
Desde el brote de COVID-19, el operador se encuentra sometido a una presión significativa, ya que muchos clientes dejan de pagar sus facturas, lo que tensa aún más sus flujos de efectivo. En julio, AT&T dijo que 338.000 suscriptores regulares de telefonía móvil dejaron de pagar por su servicio debido a la crisis del COVID-19.
La compañía dijo que otros 159.000 clientes de banda ancha y 91.000 suscriptores de televisión también suspendieron los pagos en el segundo trimestre. AT&T y otros transportistas han prometido no cancelar el servicio a las personas afectadas por la crisis del virus.
La pésima actuación de AT&T estos últimos cinco años también es un reflejo de la estrategia de adquisición cargada de deuda de la compañía, que hasta ahora no ha logrado desbloquear valor. Su unidad DirecTV ha perdido millones de suscriptores en los últimos años pues los espectadores se cambian a servicios de entretenimiento bajo demanda como Netflix.
La compañía de servicios de comunicación adquirió al proveedor de televisión por satélite por 49.000 millones de dólares en 2015, un acuerdo que apenas podría reportar 20.000 millones de dólares, según el Wall Street Journal. En 2018, la adquisición de AT&T por parte de Time Warner por 80.000 millones de dólares aportó a su cartera la HBO, el estudio cinematográfico Warner Bros. y canales por cable como la CNN.
Para los inversores, la decisión en este punto es si AT&T transformará con éxito su negocio y será capaz de competir con los nuevos actores del sector del entretenimiento como Netflix, y si tal éxito permitiría mantener su pago trimestral de 0,52 dólares por acción.
2. Enbridge
Los servicios públicos son otra área donde los inversores pueden encontrar dividendos más elevados y una buena corriente de ingresos si se mantienen a largo plazo. Enbridge, el mayor operador de gas y oleoductos de Norteamérica, podría encajar bien en este sector, con su enorme foso y su posición clave en la cadena de suministro de energía de Norteamérica.
Los flujos de efectivo de Enbridge están bien diversificados en muchas empresas y geografías, lo que ayuda a la empresa a capear la recesión económica mejor que otras empresas.
Por ejemplo, si bien la pandemia está lastrando el consumo de petróleo en todos los ámbitos, no se espera que los negocios de transmisión, distribución y almacenamiento de gas de Enbridge, que representan alrededor del 30% de los flujos de efectivo, experimenten un impacto significativo del COVID-19.
Mientras muchas compañías energéticas reportaban pérdidas en el segundo trimestre, Enbridge ofreció una gran actuación con un EBITDA ajustado que ascendió a 3.300 millones de dólares canadienses, frente a los 3.200 millones de dólares canadienses de hace un año. La compañía espera un crecimiento anual del 5-7% de los pagos por acción hasta 2022.
Esta estabilidad de ingresos hace de Enbridge una buena opción defensiva a mantener cuando comiencen a soplar los vientos en contra económicos. La compañía paga un dividendo trimestral de 0,62 dólares por acción, con un rendimiento anual del 8,37%.
Durante los últimos tres años, Enbridge ha estado llevando a cabo un plan de reestructuración, vendiendo activos, centrándose en sus fortalezas básicas y pagando su deuda. Es probable que estas medidas beneficien a los inversores a largo plazo cuyo objetivo es obtener ingresos en constante crecimiento.
Pero los inversores no ven mucho valor en poseer acciones del sector energético en este entorno cuando la demanda de petróleo está deprimida y la compañía se enfrenta a obstáculos en sus planes de expansión de los ambientalistas. Las acciones de Enbridge, que han bajado un 25% en lo que va de 2020, cerraron ayer en Nueva York en 29,61 dólares.
En conclusión
Invertir en situaciones de cambio puede producir enormes rendimientos con el tiempo. Pero estas empresas ciertamente conllevan más riesgo, por lo que los inversores deben tener mucho cuidado a la hora de decidir qué acciones de alto rendimiento seleccionar.
Haris Anwar/Investing.com
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