Los analistas destacan el control de Iberdrola sobre su ratio de endeudamiento en un momento de especial escrutino de estas cifras.
Por Álvaro Giménez-Cuenca (XTB)
Iberdrola continúa buscando con ahínco la escalada de su precio en bolsa tras una primera mitad de año con evolución favorable, pese al actual escenario pandémico. En la actualidad conserva su permanencia por encima de la frontera de 10 euros por acción.
A pesar de que el aspecto técnico parece mostrar una reversión tendencial a la baja durante el trimestre estival, la visión a largo plazo continúa manteniendo un tinte optimista, fundamentado en los resultados de la compañía y sus proyectos en curso. El precio se debate en torno a la frontera de los 10,34 euros por acción, si bien para mantenerse estable debería escapar de esa zona de precios, no observada desde el mes de julio.
La energética española continúa a buen ritmo con su proceso de expansión internacional, situando el foco en países como Australia, Suecia o Francia. Adicionalmente, sus últimos movimientos en Brasil y Japón, en el primer caso a través de Neoenergía (filial brasileña) y en el segundo, con ayuda de Macquarie Green Investment Group (compañía puntera del sector energético en Australia) solidifican la entrada de Iberdrola en ambos territorios.
Con dichas operaciones, la compañía confirma que -pese a los negativos efectos de la Covid-19- tiene intención de seguir creciendo a buen ritmo. Asimismo, trabaja en paralelo en su plan de movilidad sostenible a través del proyecto de instalación de más de 150.000 puntos de recarga en empresas, hogares y vía pública tanto en España como en Portugal, señal de que la firma también trabaja en su consolidación en los mercados en que tiene presencia.
En el marco fundamental, Iberdrola mantiene a raya su ratio de endeudamiento (84,75%), pese a que recientemente ha recibido la línea de crédito ICO para su proyecto de movilidad sostenible en España y Portugal. Su margen de beneficio neto, cercano al 10%, y su retorno sobre el capital (9,17%) son buenos indicadores del grado de salud financiera de la energética española, que encara con buenas perspectivas la recta final de año.