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Las inversiones de alto riesgo comparten similitudes con las apuestas en los juegos de azar
Las épocas de crisis siempre son un buen momento para la Bolsa, al menos en lo que a inversión se refiere. El futuro incierto de la economía, cuya evolución es impredecible incluso en tiempos de bonanza, sirve como aliciente para aquellos que desean poner a buen recaudo sus ahorros y, en la medida de la posible, multiplicarlos. Esto, como ya sabemos, se puede hacer de dos maneras: invirtiendo en valores seguros o en acciones de alto riesgo.
Los valores seguros son conocidos popularmente como “Blue Chips”. Esta denominación, acuñada por Oliver Gingold en los años 20, surge de las fichas azules de los casinos, aquellas que representan los valores más altos; como veremos no es la única relación que podemos establecer entre invertir en Bolsa y los juegos de azar. Estos valores se caracterizan por representar una inversión con bajo riesgo financiero, cierta estabilidad y no suelen requerir grandes ampliaciones de capital. Por este motivo, las empresas que representan estos valores suelen mantenerse estables en el mercado y presentar una evolución más favorable que el resto de acciones en tiempos de crisis. En España, estos valores se encuentran principalmente en el IBEX35, perteneciendo a empresas de comunicación, compañías energéticas y a entidades financieras.
Si bien los “Blue Chips” son reconocidos como inversiones seguras, su propia naturaleza bursátil comporta que puedan sufrir subidas o bajadas como cualquier otro valor, aunque en este caso suelen tener una mejor capacidad de recuperación a medio y largo plazo. Por otra parte, al presentar un volumen de liquidez muy alto, son acciones muy fáciles de comprar y vender, ya que suele ser muy sencillo encontrar compradores interesados en este tipo de valores que no están sujetos a fluctuaciones y que producen ganancias con cierta homogeneidad. Todo esto convierte a los “Blue Chips” en la mejor opción para los inversores más precavidos y conservadores, aquellos que quieren obtener una rentabilidad de su dinero a medio y largo plazo sin correr demasiados riesgos. Es por ello por lo que los inversores más agresivos, junto con aquellos que desean obtener ganancias en un período corto de tiempo, rechazan este tipo de inversiones.
Los “Blue Chips” representan una inversión segura con rentabilidad a medio y largo plazo
Para estos últimos está la segunda opción, aquella cuya denominación ya advierte de su principal talón de Aquiles: las inversiones de alto riesgo. Estos valores se posicionan como la antítesis de los “Blue Chips”, es decir, son inversiones que pueden reportar una gran rentabilidad, pero cuya volatilidad es muy elevada, de tal forma que los resultados dependerán en gran medida de lo que ocurra en el mercado y de cómo estos respondan a los movimientos de la Bolsa. Básicamente se puede resumir en que podemos invertir y ganar grandes sumas de dinero o perderlo todo, de ahí lo de “alto riesgo”.
En este punto encontramos un nexo de unión con los juegos de azar, y en concreto con las tragamonedas o slots. Esta disciplina ha aumentado considerablemente su presencia en nuestro país en los últimos años como consecuencia de jugar a las tragaperras online. De hecho, tal y como recoge el último informe anual sobre el juego online elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), en 2019, el segmento del casino creció un 14,93% gracias, principalmente, al comportamiento de las slots, que tras su puesta en funcionamiento en 2015 no han dejado de ganar terreno. De esta forma, en 2019 representaron el 54,47% del total del segmento y experimentaron una tasa de variación interanual del 20,58%. Como decíamos, existen ciertas similitudes entre las inversiones de alto riesgo y las apuestas que se realizan en las tragamonedas. La principal, y más importante, es que ambas representan un valor incierto para el inversor/jugador, pues no existen datos suficientes en el mercado como para verificar que dicha operación vaya a salir bien, como sí ocurre con los “Blue Chips”. En una slot podemos invertir una cantidad pequeña de dinero y ganar una auténtica fortuna, pero que esto ocurra es, cuando menos, complicado. No obstante, no es imposible, del mismo modo que no lo es ganar la lotería, y si no, que le pregunten al afortunado Stu MacDonald.
¿Eso quiere decir que tanto las slots como las inversiones de alto riesgo dependen única y exclusivamente del azar? No. En las primeras existe lo que se conoce como RTP, o lo que es lo mismo, retorno al jugador. ¿Qué significa esto? Que llegado un momento, la slot comienza a devolver dinero, y es aquí cuando se dan los premios. El porcentaje de RTP es diferente para cada slot y se calcula a partir de los resultados de 1.000 partidas. Sería posible, por tanto, estudiar los algoritmos matemáticos que regulan este porcentaje de RTP y observar patrones en las líneas de cada slot para determinar en qué momento la máquina va a entrar en esta fase de premios y así poder apostar con seguridad. Del mismo modo, en los valores de alto riesgo se puede (y se debe) hacer un exhaustivo estudio de la situación del mercado en el momento de invertir y de las previsiones a corto plazo. No obstante, en ambos casos seguiría existiendo un elevado porcentaje de error, de ahí que sean opciones solo aptas para inversores/jugadores que están dispuestos a asumir riesgos.
Si en el caso de los “Blue Chips” estos valores estaban representados por grandes compañías a nivel internacional, en las inversiones de alto riesgo podemos encontrar valores de ámbitos muy diferentes. Así, podemos hablar de fondos de sector, fondos globales o fondos de pequeña capitalización, entre otros.
Es importante, sea cual fuere la opción por la que se opte, llevar a cabo un análisis previo de los riesgos que entraña cada inversión y si estos se adecúan a nuestro perfil. Asimismo, hay que tener en cuenta la posesión de técnicas para realizar acciones inmediatas en el caso de ser necesarias.