La publicación de los datos de construcción de julio en Estados Unidos fueron poco menos que inmejorables. El sector, que mueve todas las variables de la economía, se situó en los mejores valores desde enero de este año, cuando la crisis sanitaria no era siquiera tema de conversación en los mercados. Los permisos de construcción del mes pasado reflejan que la primera economía global comienza a acelerar su salida de la crisis, en un mes que está arrojando cifras sorprendentemente positivas desde los primeros días.
De allí es que no extraña que los inversores salgan del dólar para volcarse a activos más agresivos. El euro, la libra esterlina, el dólar canadiense, el dólar australiano y el peso mexicano son, entre otras, las monedas que eligen los operadores para aprovechar este momento. A su vez, el S&P 500 llegó nuevamente a un máximo histórico, estirando sus ganancias de las últimas semanas. Si se trata del último envión antes de una caída del estilo de la de febrero último lo veremos en los próximos días.
Por otro lado, el oro vuelve a mostrarse fuerte, a la par de las monedas principales, ratificando su doble condición de activo de refugio y de inversión. Al cabo, tiene todo para ganar. Sin embargo, cualquier corrección, como los 40 dólares que cayó en poco más de dos horas el martes, invita al menos a tomar precauciones. Cualquier posición mal colocada puede traer problemas a los operadores intradiarios con semejantes oscilaciones, que apenas mueven la vela diaria del metal precioso.
La libra esterlina se ve nuevamente beneficiada por esta baja del dólar. Llamativamente, el martes cubrió un gap que había dejado el 2 de enero pasado, y del cual dimos cuenta en reiteradas oportunidades en esta columna. Con precisión milimétrica, la divisa británica llegó a 1.3250, nivel que luego superó. Ya en máximos anuales, pocos argumentos quedan para no defender a la libra. Tan solo el berenjenal interminable del Brexit – el martes comenzó una nueva ronda de negociaciones con la Unión Europea que terminará probablemente en la nada, como de costumbre- puede impedir que la libra se encamine a 1.4000 en poco tiempo. Al cabo, se dice en Estados Unidos que los precios de cualquier bien son iguales en Nueva York y Londres, pero en la vieja capital europea son un 60% más caros. Lejos está la libra de 1.6000…
La reunión de la OPEP estará dentro de las notas importantes de este miércoles. La producción de petróleo se redujo, pero la materia prima no logra alejarse de los 40 dólares por barril WTI, y aplanó su curva en los gráficos diarios, más allá de algunos máximos de varios meses, que asoman como circunstanciales. Un nuevo recorte de producción no parece estar ahora en el centro de las negociaciones, aunque el petróleo podría sufrir algún impacto al momento de finalizar el encuentro. Si esto sucede, sus monedas vinculadas también se moverán con fuerza.
Por la tarde se conocerán las minutas de la última reunión de la Fed, que tuvo lugar el 29 de julio pasado. Pasó bastante tiempo ya desde el encuentro, y lo que busca el organismo es no generar algún cimbronazo no deseado en los mercados con esta publicación. Así como los datos de junio quedaron viejos en julio, los de julio parecen quedar viejos en agosto, pero esta vez para bien.
Las buenas noticias reducen la ventaja de Biden sobre el presidente Trump. Si la tendencia se mantiene, el mandatario podría incluso ganar con cierta comodidad las elecciones del 3 de noviembre. Claro que la crisis sanitaria no terminó, y los contagios se multiplican. En esos vaivenes, y con ese nivel de duda se encuentran los mercados, que igualmente siguen buscando acciones para extender sus ganancias de corto plazo.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College