El mundo de las inversiones y el de las apuestas es para aquellos que disfrutan de tomar riesgos. Si se sabe cómo y de qué manera arriesgar el capital, es posible obtener ganancias futuras. Las inversiones, además, si se hacen con moderación y de manera inteligente pueden tener un saldo muy positivo. Por otro lado, la posibilidad de ganar – o perder- absolutamente todo es más frecuente en las apuestas.
Las apuestas y las inversiones han sido comparados entre sí con la frase que dice: «invertir en el mercado de valores es como apostar en un casino». Lo cierto es que, el interés por ambos ha crecido. Esto se debe, quizás, a que ayudan a mejorar la economía en ambos casos. Además, alientan a las personas a capitalizar su dinero y a aumentar sus ganancias.
Inversiones
Invertir es el acto de destinar fondos o un cierto capital a un activo, como una acción. La expectativa es generar algún tipo de retorno en forma de ingresos. Ese es el principal objetivo. Al colocar ese dinero hay cierto riesgo pero también una rentabilidad. Cuanto mayor sea el riesgo, mayor será la rentabilidad. Los inversores siempre deciden cuánto dinero quieren arriesgar. Los operadores suelen arriesgar 2-5% de su capital. Lo más importante es diversificar los activos para tener más opciones. De esa manera, reducen el margen de riesgo.
Una acción de primer orden que cotiza en la Bolsa de Nueva York tendrá un perfil de riesgo (y de retorno) mucho más alto que la de una acción que cotiza en una bolsa pequeña.
Los inversores, en general, toman una estrategia de gestión de riesgo que condice con aquello que estén buscando. La distribución del capital entre diferentes activos probablemente minimice las pérdidas.
Otro factor para tener en cuenta es el estudio y análisis de los patrones que se ven en los gráficos de las acciones. La pregunta crucial es: ¿hacia dónde se dirige el stock en los próximos meses? Esto implica un riguroso análisis técnico de diversas variables, y tener una comprensión del mercado en el que se esté invirtiendo, las perspectivas inmediatas y las expectativas a futuro.
Por último, también se debe tener en cuenta el monto de la comisión del corredor que se ocupa de comprar o vender en su nombre.
Apuestas
Los juegos de azar son un poco diferentes. La apuesta es, en términos estrictos, la acción de exponer una cantidad de dinero – u otra pertenencia – para ser parte del juego. Si se gana, se recibe una cantidad de ese dinero u otro premio. El resultado es incierto y riesgoso. Si se tiene suerte, el resultado puede ser muy bueno.
Al igual que los inversionistas, quienes disfrutan de las apuestas también deben tener cuidado cómo, dónde y cuánto apuestan. Por ejemplo, en los juegos de cartas, las probabilidades del pozo son una manera de evaluar su capital de riesgo versus su recompensa de riesgo. Esto quiere decir, la cantidad de dinero que es necesaria para entrar al juego en comparación con lo que ya está en el pozo.
Hay otros factores que los jugadores profesionales tienen en cuenta a la hora de apostar. Por ejemplo, en general, hacen una investigación del jugador o del equipo. Si están apostando en las carreras, también tendrán que sopesar el historial del caballo y su genealogía.
En cuanto al póker, se buscan señales de otros jugadores de la mesa, se estudian sus gestos y patrones de apuestas. Además, muchos ejercitan la memoria, y algunos hasta logran recordar lo que sus oponentes apostaron veinte manos atrás. Otros, estudian de manera precisa las reglas del poker. En las carreras de caballos, la apuesta es contra otros apostadores. Esto quiere decir que las probabilidades de cada caballo están determinadas por la cantidad de dinero que se ha apostado a ese animal. La cantidad de apostadores determina la cantidad de probabilidades que se tendrán.
Pero, para el caso del casino, la situación es un poco más compleja porque el apostador juega contra «la casa». Las probabilidades de ganar no son tantas como se cree. O más bien, la probabilidad de no ganar es mucho más alta que la de tener éxito, algo que se acentúa en el caso de tener que aportar una cantidad adicional de dinero más allá de la propia apuesta. Esto conocido como puntos, que la casa mantiene en caso de que el apostador gane o pierde.
Similitudes y diferencias
Ambas implican un riesgo. Ambas implican decisiones entre diversas opciones. Ahora bien, las apuestas implican sólo un momento de intensidad. En cambio, si invertimos puede ser algo que dure toda una vida. El juego es una actividad de corta duración, mientras que las inversiones pueden hacerse a largo plazo.
Con todo, ambas traen muchos beneficios si se aprende a manejarlas con inteligencia, precisión e intuición. Sin embargo, no son actividades para todo el mundo. Lo bueno es que si se aprende a invertir y a apostar es posible que se desarrollen habilidades tácticas. Y, luego, ¿por qué no aplicarlas en distintos momentos de la vida? Si se logra el éxito, la recompensa es inmensa.