“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” Todos hemos oído a lo que puede conducir un exceso de algo, por muy bueno que sea, y ahora aquellos que se posicionaban en largo en el crudo lo están descubriendo también. El repunte del petróleo ha durado demasiado tiempo tras seis semanas de ganancias, y la pregunta es lo rápido que el mercado podría bajar a 30 dólares por barril al avecinarse una nueva oleada de infecciones por coronavirus.
A la apertura de la tercera semana de junio, tanto el crudo de Estados Unidos como los futuros de Brent se desplomaron más de un 2% durante la jornada de negociación en Asia, lo que se suma al desplome del 8% de la semana pasada.
Ahora, uno no debería perder de vista que el WTI sigue subiendo un 250% con respecto a los mínimos de abril, mientras que Brent se ha duplicado al menos desde que tocara fondo hace casi dos meses. Sin embargo, la sensación que precede a una venta más profunda se nos antoja familiar. Las preocupaciones en torno a un déficit de demanda han superado el optimismo en torno a las restricciones de la producción que propiciaron al mercado su notable período de seis semanas al alza.
Amenaza de coronavirus 2.0 en aumento
La principal de esas preocupaciones han sido los temores de una segunda oleada de coronavirus que golpeaba a Estados Unidos, justo cuando el primer brote de febrero parecía estar revirtiéndose tras dejar a su paso más de 1,8 millones de estadounidenses infectados y otros 100.000 muertos.
En la última semana, 19 estados incluyendo Texas, Carolina del Sur, Utah, Arizona, Carolina del Norte, Arkansas, Alabama, Oregón, California, Nevada y Florida han registrado máximos de siete días de nuevas infecciones por COVID-19. El número total de casos desde que el brote estallara en febrero asciende ahora a más de 2 millones.
Una nueva oleada de infecciones podría conducir a más restricciones de la actividad diaria normal en algunos estados que acaban de empezar a recuperar algo de vida, tras tres meses de confinamiento que casi paralizan la economía. El PIB de Estados Unidos bajaba un 5% en el primer trimestre y se espera una caída de dos dígitos en el segundo trimestre, lo que posiblemente suponga la peor recesión de la historia del país.
En Arkansas el viernes, por ejemplo, el gobernador Asa Hutchinson, un republicano, anunció un número récord de casos en las 24 horas anteriores. En Oregón, la gobernadora Kate Brown, una demócrata, retrasó siete días el levantamiento de las restricciones sociales. En Maryland, Baltimore ha anunciado que no avanzarían a la segunda fase de la desescalada planeada.
Esto ocurre a pesar del autoaislamiento de casi el 80% de los estadounidenses en el último mes y del 74% registrado de uso de mascarillas en público —ya sea siempre o a menudo— según el Centro Federal para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El petróleo, «extremadamente vulnerable» a las malas noticias del COVID
Fuera de Estados Unidos, los titulares del fin de semana han estado dominados por los temores de la segunda oleada del virus, especialmente en Pekín, donde parte de la ciudad se ha visto confinada de nuevo para contener un brote localizado. Corea del Sur y Japón también trata de controlar sus propios brotes, destacando «lo superpersistente que es la pequeña bestia del COVID-19», dice Jeffrey Halley, analista senior de mercado de OANDA, con sede en Nueva York.
Halley escribía en su nota sobre el crudo de la semana pasada:
«Al igual que ocurre con las acciones, el gran peso del posicionamiento especulativo de dinero rápido en el petróleo deja ambos contratos extremadamente expuestos a las malas noticias sobre el COVID-19».
La media móvil de 100 días del WTI en 33,80 dólares por barril apenas proporciona apoyo para operaciones en el mercado por debajo de 35 dólares por barril, dice OANDA en una nota. Hace apenas una semana, el WTI registraba máximos de tres meses en 40,44 dólares, repuntando desde los mínimos del 28 de abril registrados en 10,07 dólares. Reconquistar, por no hablar de superar, ese techo va a ser una tarea complicada.
El Brent, por su parte, está coqueteando con la MMD 100 en 38,40 dólares por barril, como lo lleva haciendo las últimas tres jornadas. Su incapacidad para alejarse de ese horizonte de eventos y recuperar su equilibrio por encima de 40,00 dólares por barril sugiere que es probable que haya más pérdidas. Por debajo de la MMD 100, el siguiente nivel de apoyo está en 37,00 dólares por barril. Si se deja atrás, no se puede descartar una caída de hasta 33,50 dólares el barril.
Preocupaciones en torno a la recuperación
Incluso sin una segunda oleada del COVID-19, existen preocupaciones en torno a cuánto tiempo podría lastrar la pandemia inicial la recuperación de Estados Unidos.
El presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, dijo la semana pasada que el banco central podría mantener los tipos de interés de Estados Unidos anclados en casi cero hasta finales de 2022, lo que sugiere que podría llevar al menos dos años completar la recuperación.
Esto ocurre a pesar del alentador retorno de 2,5 millones de estadounidenses al mercado laboral en mayo, tras la pérdida de más de 20 millones de puestos de trabajo dos meses antes. En Wall Street, el Dow Jones se desplomó el jueves casi 1.900 puntos, o un 7%, y cerró su peor semana desde mediados de marzo, ante las previsiones aleccionadoras de Powell en cuanto a la economía. Antes de la apertura de la jornada del lunes en Nueva York, los futuros del Dow registraron otra caída del 2%.
Los fundamentales de la demanda pura suponen otro lastre
Además del virus y la economía, las preocupaciones en torno a los fundamentales de la demanda pura también están lastrando el petróleo.
Las reservas de crudo de Estados Unidos aumentaron en 5,72 millones de barriles la semana pasada hasta registrar máximos históricos en 538 millones de barriles, según datos de la Administración de Información Energética.
Tan sorprendente como las reservas de crudo ha sido el aumento de las reservas de destilados, compuestas predominantemente de diésel. Éstas aumentaron en 1,6 millones de barriles la semana pasada, llevando el total de reservas a casi 53 millones de barriles en las últimas nueve semanas.
Goldman no es demasiado pesimista sobre el petróleo
A pesar de estas cifras bajistas, algunos no son demasiado pesimistas en sus previsiones sobre el petróleo.
Goldman Sachs, una de las voces más influyentes de Wall Street en las operaciones con materias primas, ha dicho que la demanda de gasolina, uno de los componentes más importantes de la demanda de petróleo, estaba repuntando constantemente a pesar del aumento de las reservas de destilados.
«Los datos implícitos de demanda indican que la demanda de gasolina tocó fondo a finales de abril y ha ido mejorando constantemente en términos de promedio de 4 semanas al comenzar a reactivarse la economía», dice.
«Esperamos que esta tendencia continúe a medida que el país avanza con la reapertura».
Goldman también ha señalado que los diferenciales de craqueo —o el beneficio derivado de los refinadores— han comenzado a recuperarse, aunque se mantienen por debajo de los niveles medios históricos. La reapertura de los mercados de crédito a los refinadores también ha ayudado, ya que algunos han buscado una liquidez progresiva para gestionar la recesión, mientras que muchos han emitido deuda progresiva.
En cuanto a esta semana, Goldman ha mantenido su objetivo bajista a corto plazo para el Brent en 35 dólares por barril, mientras sigue pronosticando que el petróleo repuntará hasta un promedio de más de 55 dólares por barril en 2021.
«La mayoría de los inversores están de acuerdo en que los precios del crudo a corto plazo deberían hacer una pausa. Dicho esto, entre las reducciones de producción de la OPEP, la disciplina norteamericana y la ausencia de grandes proyectos, la mayoría cree que la curva aumentará. Creemos que la mayoría de los inversores barajan expectativas de petróleo Brent para 2021 más favorables en sus modelos en relación con los precios forward, con una amplia gama en torno a esto, variando en comodidad con los niveles de demanda global frente a las expectativas que apuntaban a cara al próximo año».
El oro, de vuelta en los 1.700 dólares
En el caso del oro, una semana después de verse lastrado por el mejor informe de empleo de Estados Unidos de los tres últimos meses, el precio está de vuelta en el nivel clave de 1.700 dólares, aunque el continuo cierre de posiciones obstaculizaba su avance.
«Hasta que se ha dejado atrás el nivel de 1.775 dólares no me he convertido en un comprador aquí arriba, sin embargo, ya que prefería ver cómo se superaba una gran cantidad de resistencia antes de posicionarme en largo», dice Christopher Lewis, analista de FX Empire.
«Sin embargo, si experimentamos cierto retroceso, creo que tiene bastante sentido que encontremos cazadores de valor debajo, especialmente cerca del nivel de 1.700 dólares», añade Lewis.
«El nivel de 1.675 dólares subyacente es la parte inferior de ese ‘rango de soporte'».
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan no tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.
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