Buen momento para dormir a instancias de la pandemia. Luego, ya veremos. Dormir física y sicológicamente. Paciencia y descanso en la Bolsa. Es lo que toca ahora: sell in May, and go away, but remember to come back in September. En la city londinense queda así resumida la percepción de que el mes de mayo es el que abre el periodo de venta de acciones, el inicio de la tendencia bajista. Entre mayo y septiembre, según los que siguen este método, se produce el periodo de menor rentabilidad bursátil respecto al conjunto del ejercicio. En un estudio publicado hace años por Jacobsen y Bouman se destaca el denominado efecto sell-in-May, la incidencia de este es mayor en los mercados europeos y dentro de estos en el del Reino Unido. Al menos así ha ocurrido desde 1964. Quienes siguen la teoría de los ciclos parciales, que conviven con los generales, se encuentran así, ante la duda de comenzar a deshacer posiciones o esperar que pasen dos meses más. Lo normal, según demuestra la experiencia, es que el corto plazo imponga su ley y que los más nerviosos se dejen llevar por el efecto contagio de la mayoría. Ambos razonamientos destacan, ante todo, cómo crece el grado de incertidumbre conforme pasa el tiempo y en este caso, las expectativas de estabilización de los mercados no se cumplen ni en el grado ni el plazo previsto», me dice el analista jefe de una gestora, que añade:
«Pero eso ha sido, así, hasta la llegada de la COBVID-19, que ha hecho saltar todas las teorías por los aires. Aun así, es bueno considerarlas…»
«Conservo en mis archivos un análisis de Architas, que revela que el dinero invertido en FTSE All Share cada año entre el 1 de noviembre y el 30 de abril habría dado una rentabilidad del 167 por ciento en los últimos 22 años.
El dinero invertido durante estos seis meses habría dado un rendimiento medio del 8.4 por ciento anual durante ese período, en comparación con solo el 1.3 por ciento para el dinero invertido entre el 1 de mayo y el 31 de octubre.
Y el análisis muestra que el fenómeno no es exclusivo del Reino Unido (como se puede observar en el siguiente gráfico).
De hecho, el efecto es aún más significativo en Japón, donde los mercados han subido una media del 11.8 por ciento anual durante el período. Hubiera subido un 11 por ciento en Europa.
Los mercados bursátiles en cada una de las principales regiones de inversión en todo el mundo también han generado rendimientos estelares en el período de seis meses desde el 1 de noviembre.
Una inversión en Japón entre el 1 de mayo y el 31 de octubre habría perdido dinero.
Tom Becket, director de inversiones de Psigma Investment Management, dice: «Los mercados de renta variable tienden a tener su mejor momento en los últimos meses del año ya que las personas operan con su cartera en función de lo sucedido en los últimos 12 meses y entra en juego el optimismo para el próximo año…»
Ana Palomares|-Funds People- escribe un artículo muy interesante sobre el tema. Entresaco algunos aspectos:
“Creemos que las compras de activos de los bancos centrales explican el estado de ánimo del mercado, pero dudamos que puedan funcionar para siempre. ¿Es posible que los mercados de valores ya hayan tocado fondo?”, se preguntan desde la gestora Invesco. Desde esta firma han elaborado unas previsiones sobre qué comportamiento pueden tener los diferentes activos en función de cuál sea finalmente la factura económica del COVID-19 en los próximos 12 meses. Y como se aprecia en el siguiente gráfico, no hay ningún escenario positivo para la renta variable en ese periodo.
Desde Natixis IM también se muestran un tanto desconfiados sobre la posibilidad de que el rally visto en abril se mantenga no tanto a corto plazo sino más bien a medio plazo. “El mercado está infravalorando lo accidentada y gradual que va a ser la reapertura, así como los riesgos de una segunda oleada de contagios tras la relajación de las medidas de confinamiento”, afirma Esty Dwek, responsable de estrategia global de la gestora francesa. De hecho, recuerda que desde el año 1920, el S&P 500 ha vivido 14 mercados bajistas y que en ellos hubo 19 bear market rallies con subidas superiores al 15%, que tuvieron una duración aproximada de 70 días. “Los mercados no están poniendo en precio la realidad de la situación. Las recuperaciones económicas llevan tiempo”, afirma.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa