Las monedas europeas perdieron fuerza la semana pasada, en especial el Euro y la Libra esterlina. Ambas habían tocado máximos anuales, pero una apreciación del dólar, por ahora modesta, alcanzó para limitar sus respectivos impulsos.
El cierre del par EUR/USD del viernes en 1.0815 sugiere que el Euro tiene bastante más para ceder. La moneda única ya quebró 1.0800 por minutos, pero logró recuperarse rápidamente. Para este lunes, el quiebre de 1.0800 hará que acelere a la baja a mayor velocidad, con un primer soporte en 1.0765, seguido de 1.0730.
El Euro estará bajo la presión de los datos de manufacturas y servicios de Alemania y la Eurozona. Las cifras alemanas han mejorado sensiblemente en los últimos tiempos, impulsadas por los recortes de tipos de interés del Banco Central Europeo entre otros factores. Sin embargo, se mantienen lejos de los 50 puntos, cuya superación indicaría un crecimiento de la variable de manufacturas, la más importante en la primera economía europea.
Más allá de que estas cifras podrían mostrarse positivas, generando un efímero rebote al alza, el euro puede continuar su camino bajista durante la sesión americana.
En tanto, la Libra esterlina llegó a 1.2886 el viernes, un mínimo que no tocaba desde el 11 de marzo, y apunta también a la baja en el corto plazo. El gráfico de 4 horas del par GBP/USD presenta una curva similar al del euro. También la libra estará expuesta a las cifras de manufacturas de Reino Unido, que podría ofrecer unos 48 puntos, guarismo sensiblemente mejor al esperado. Una recuperación de la libra no tendrá objetivos por encima de 1.2950, y el quiebre de 1.2900 podría generar una baja importante, con soportes en 1.2855 y 1.2820.
El Yen, por su parte, volvió a caer el viernes ante el dólar, cerrando a 149.15. Un aumento de mediana intensidad de los rendimientos de los bonos del Tesoro (las notas a 10 años cerraron en el 4.24%) determinaron la caída de la moneda nipona, que no tiene mucho para ganar el lunes. El quiebre de 149.65 llevará al par USD/JPY a 150.15, zona de máximos de la semana pasada.
La onza de Oro está comenzando a sentir un agotamiento después de tocar máximos históricos prácticamente a diario. La onza tocó 3057 dólares la semana pasada, 100 dólares por encima del máximo anterior que había tocado el 24 de febrero, para ceder el viernes a 3000 dólares. El cierre en 3022 dólares sugiere que el metal dará pelea antes de ceder, aunque una formación de cambio de tendencia -hombro cabeza hombro- cuyo objetivo como figura se cumplió en el mínimo del viernes, puede estar anunciando una baja mayor del precio durante el lunes. Para ello, es necesario el quiebre de 2989 dólares, un 38.2% de retroceso del alza 2879/3057 dólares. En cambio, la superación de 3045 dólares dejará sin efecto la figura mencionada, en cuyo caso quedará abierta la puerta a un nuevo máximo histórico.
El calendario de noticias se completa con los datos de manufacturas y servicios de Estados Unidos, a las 9:45 del este.
Desde ya, los inversores estarán pendientes de novedades en las negociaciones de paz en Europa del este (todo esto impacta especialmente en el petróleo y el gas natural), en la evolución del conflicto en Medio Oriente, que ahora ha salido de los titulares de las noticias, y de los continuos anuncios de aranceles por parte del presidente Trump.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrian Aquaro
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