Que Meliá Hotels haya salido del IBEX35 por Puig no es óbice para creer en descensos y caídas por desinversiones de la cadena hotelera. No es ni coherente ni estadísticamente relevante, más tiene que preocuparse Puig por la entrada que Meliá por la salida.
Muchos creen que los fondos institucionales tienen que comprar forzosa y rápidamente la acción para indexarse al Ibex y esto no es tal que así. Los institucionales ya irán entrando en el tiempo, lo normal es que Puig baje y Meliá suba. Lo mejor que suele suele suceder es que a una acción que no lo hace bien la saquen del selectivo y la devuelvan al continuo a ver si mejora y engorda. Huelgan ejemplos históricos de empresas que salen y recuperan y que entran y bajan.
Meliá Hotels pese a estar en plena temporada turística y con unas expectativas impresionantes para este año corrige cuando se suponía que tenía que haber roto los máximos del 2022. La corrección que observamos por el momento es escasa, un recorte a la directriz de alcista de octubre tras haber perdido la acelerada.
Tampoco queremos pecar de confiados y no descartamos descenso a la EMA 200 e incluso a la zona de los 6.25 euros donde tenía la última gran resistencia rota para convertirla en soporte o buscar un apoyo en la alcista de octubre del 2022; como peor escenario cosa que nos cuesta creer dada sus desinversiones para reducir deuda y la mejor de tesorería presente y cash flow futuro.
Así que creemos que en caso de descenso a más baja más compra es.
Autor: Bolsacanaria