El Dólar mantiene una marcada tendencia alcista en todos los frentes en las primeras horas del jueves, luego de que diversos funcionarios de la Reserva Federal pusieran en duda cualquier tipo de recortes de tipos de interés en las próximas reuniones de política monetaria del organismo.
Los mercados descontaban un recorte en septiembre, y de hecho los pronósticos en tal sentido habían crecido por encima del 60% a inicio de esta semana. Sin embargo, los formadores de política monetaria insisten en que no solo no los habrá, sino que aún podría haber algún aumento de tipos si se produjera un rebrote inflacionario.
Curioso criterio el de los oficiales del FOMC, que con una inflación por encima del 5% insistían en que se trataba de un fenómeno transitorio a mediados de 2021; con el costo de vida por debajo del 4%, y con el mismo en baja, ahora ven riesgos que, huelga decirlo, ellos mismos generaron desde mediados de 2020 con la emisión de una montaña de dinero.
Del otro lado del Atlántico, la visión es casi opuesta. El Banco Central Europeo comienza a enviar señales de dos recortes adicionales al que ya realizó este mismo mes, y el choque de planetas es inevitable.
Ello explica la debilidad del Euro, que no solo se acerca a sus mínimos anuales en 1.0600, sino que podría quebrar los mismos y comenzar a buscar lentamente 1.0460, un histórico nivel de soporte / resistencia de la moneda única.
Si esto sucede, la Libra se encaminará a 1.2500, o más abajo, y el Oro, debilitado pese a su sesgo alcista tan marcado, buscará la zona de 2100 dólares en pocos días.
Claro que aún queda, como cierre del mes, el dato de inflación por consumo, que es el llamado deflactor de inflación, medición a la que la Fed alude en cada una de sus presentaciones. Allí puede definirse el destino de las monedas europeas para los próximos días, ya en julio.
Pero si una moneda se ve afectada por esta fortaleza del dólar, esa es el Yen japonés, que vuelve a sorprender, tanto como el comportamiento anómalo de su emisor, el Banco de Japón.
El Yen llegó el miércoles a 160.84, su mínimo desde 1986, sin que el BoJ brinde señal alguna de intervención, al menos en términos oficiales. La especulación en contra de la moneda nipona no reconoce niveles técnicos ni noticias que puedan atenuar su caída, y su performance se rige solo por el poder de los fondos que actúan en su contra, como si fuera una moneda débil de un país recóndito.
El Yen es la moneda de un país que es potencia global, y por tal motivo siempre ha sido tomada como un activo de refugio. Incluso, unos días antes del inicio de la guerra en Europa del Este, el yen se apreció debajo de 110.00, ante la suposición de que el conflicto afectaría a los mercados globales. Con el efectivo inicio de la guerra, la moneda de Japón no logró sobrevivir a la embestida del dólar, empujada por la tasa de la Fed, los rendimientos de los bonos del Tesoro que llegaron a superar el 5% en las notas a 2 años, y por una política del Banco de Japón por demás extraña.
La inflación en Japón se ubica en máximos de décadas, y el aumento desmedido del dólar surte un efecto negativo muy fuerte en una población no acostumbrada a las oscilaciones de precios en su propia economía cotidiana. La tasa en cero no hace más que avivar un fuego cuyo final parece bastante lejano.
Si bien se torna inminente una intervención, el daño a la credibilidad del BoJ es evidente, sobre todo cuando se observa un tire y afloje con los fondos que van contra el Yen, en un ida y vuelta constante de precios que no tiene antecedentes en muchas décadas.
Este jueves, las peticiones semanales de subsidio por desempleo y el PBI final del primer trimestre en Estados Unidos serán los impulsores del dólar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.