La última semana del mes suele ofrecer movimientos importantes en los activos principales. Los datos de confianza del consumidor y el deflactor de inflación provocan oscilaciones de precios difíciles de predecir. Este mes, sin embargo, los pares de divisas del Dólar se muestran cautelosos, con rangos de precios muy estrechos.
En la bolsa de Nueva York, el índice Dow Jones perdió terreno en forma vertical desde el mediodía americano, en tanto el Nasdaq 100 recuperó posiciones impulsado por Nvidia, que después de perder casi medio billón de dólares en tres días, logró estabilizarse en 126 dólares por acción. Como suele suceder con estas acciones “estrella”, el valor de la tecnológica vinculada a la inteligencia artificial fue llevada a máximos históricos, en una sobreactuación bastante típica, con un desplome posterior también previsible. Cabe acotar que lo que perdió NVIDIA en tres sesiones equivale al PBI de decenas de países importantes en el mundo. Desde ese punto de vista, es difícil imaginar cual es la lógica que lleva a los mercados a premiar a una empresa de esa forma, más allá de la actividad que desarrolle.
Como quedó antes mencionado, las monedas principales observan un comportamiento algo más sereno. Es indudable que la atención está puesta en la cifra de inflación por consumo que se conocerá el viernes, y que puede generar un movimiento decisivo para los primeros días de julio.
El Dólar mantiene una posición claramente dominante ante el euro, que se ubica a tan solo 100 puntos de sus mínimos anuales, y no logra despejar su senda bajista, algo que solo conseguirá superando 1.0900. El recorte de tipos del Banco Central Europeo, frente al escepticismo de la Fed que se empeña en enviar mensajes excepcionalmente duros, está impactando en contra de cualquier intento del euro de escapar de su incómoda situación.
Con todo, hasta parece extraño que no haya quebrado los mínimos del año en 1.0600, siendo que tiene muy pocos incentivos para crecer. Por caso, los datos de manufacturas y servicios de la Eurozona y de Alemania conocidos el viernes pasado fueron más que decepcionantes.
La Libra esterlina ha logrado mantenerse algo más firme que el euro, cerca de 1.2700, nivel que supera en ambas direcciones en forma constante. La moneda británica mantiene un perfil bajista muy acentuado, aunque un desplome parece improbable en estos días, salvo que el deflactor de inflación presente cifras sorprendentemente alcistas. La zona de 1.2600 sigue siendo el soporte a considerar para las próximas horas, con resistencia en 1.2750.
El yen se mantiene sin cambios en torno a 159.60, ante las especulaciones de que el Ministerio de Finanzas y el Banco de Japón podrían defender su moneda en forma inminente. La tibieza que ha presentado el BoJ, sumado al diferencial de tasa frente a la Fed (0 a 5.5%) y, por consiguiente, el aumento excepcional de los rendimientos de los bonos del Tesoro está extendiendo más de lo pensado la debilidad del yen. La fiesta del carry trade sigue vigente, aunque suele terminar en forma abrupta.
La onza de Oro se mueve en la zona de 2320 dólares, con un sesgo claramente bajista para los próximos días, configurado en una formación de hombro cabeza hombro apreciable en el gráfico diario. El objetivo de la misma, una vez vencida su línea de cuelo en 2280 dólares, aparece apenas por debajo de los 2100 dólares. Sin embargo, en el cortísimo plazo, la dirección de la onza no es tan clara. Durante las próximas horas podría acercarse a 2335 dólares, en tanto no vulnere la zona de 2300 dólares, primer soporte de suma importancia.
El calendario de noticias ofrece este miércoles la cifra de ventas de viviendas nuevas, un dato que podría tener un impacto medio en el dólar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.