Si bien era de esperar una medición de inflación por encima de los pronósticos, era difícil pronosticar un alza tan importante del Dólar como la que se vio el miércoles en la sesión americana.
El costo de vida arrojó cifras alarmantes para la economía estadounidense, y el exsecretario del Tesoro Larry Summers, de respetada opinión, sugirió que la Fed, lejos de recortar los tipos de interés, podría aumentarlos en los próximos encuentros de política monetaria.
La inflación que excluye alimentos y energía volvió a quedar lejos de los objetivos del banco central, y se acerca otra vez al 4%, el doble de la meta del equipo que lidera Jerome Powell. Con los datos de empleo conocidos la semana pasada y las cifras de inflación conocidas, la Fed no dudará en mantener la tasa en el nivel actual del 5.5% e incluso aumentarla, como sugirió Summers. De esta forma, se deshilacha la chance de un recorte en junio, ya descartado uno para el 1 de mayo.
La bolsa de Nueva York sufrió una fuerte baja derivada de estos informes, aunque ya venía cayendo de manera consistente en las sesiones anteriores. Los índices principales apuntan claramente a la baja, y si bien ofrecen señales de sobreventa en todos los casos en el corto plazo, no hay motivos reales para que se produzca una recuperación que exceda un puñado de puntos, al menos durante las próximas horas.
Como quedó mencionado, el Dólar se fortaleció en todos los frentes. El Euro cayó pesadamente desde la zona de 1.0860, que rozó el martes a última hora, a la zona de 1.0730, donde encontró un soporte en la línea de tendencia principal medida en el gráfico diario, con origen en los mínimos de 2023, debajo de 1.0500. La moneda única tiene ahora la oportunidad de recuperarse, aunque se le hará cuesta arriba superar 1.0800. El doble techo que exhibe en el gráfico de 4 horas sugiere que aún puede acercarse al mínimo del año, en 1.0695.
Para ello, deberá esperar un discurso duro de la titular del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, quien hablará en su habitual conferencia de prensa al cabo de la reunión de política monetaria del organismo, el jueves a las 9:45 del este.
Si bien los mercados especularon durante meses con recortes de tipos en forma simultánea tanto por parte de la Fed como del BCE, en ambos casos esa posibilidad se ve ahora difusa.
El alto precio del petróleo encarece el costo de energía en el viejo continente, algo que está fuera del alcance del BCE. De allí es que lo más sensato parece ser mantener la tasa de interés en el actual 4.5% durante varios meses, aun a riesgo de resentir la economía que, por otra parte, no pasa por su mejor momento.
La Libra esterlina cayó muy fuerte el miércoles, algo previsible, igualando el mínimo del año en 1.2519, que había tocado en febrero pasado. La tendencia del gráfico de 4 horas se mantiene claramente bajista para la moneda británica, más allá de la sobreventa típica posterior a un movimiento como el que se vio en la víspera. La zona de 1.2500 aparece en el horizonte cercano, y más abajo 1.2460 será el soporte a seguir.
El yen quebró finalmente su propio mínimo de 34 años, llegando a 153.15 sobre el cierre de la sesión del miércoles. Si bien pareció producirse una intervención del tipo de cambio apenas conocidos los datos de inflación de Estados Unidos, la moneda nipona sufrió una dura caída. La intervención que parecía estar a la vuelta de la esquina no tuvo lugar, y el yen por ahora no tiene un piso claro.
La onza de oro logró hacer pie ante el dólar, pese a la fortaleza del billete. Una ligera baja desde sus ya cotidianos máximos históricos no alcanzó para cambiar el tono alcista del metal precioso, impulsado por las alarmantes noticias de Oriente Medio, con amenazas de Irán contra Israel, y un ataque que, según las agencias de noticias, se ve inminente.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.