Grifols (GRF.ES) sube más de un 20% después de que ayer se hundiera la confianza de los inversores en la empresa. La incertidumbre que rodea a la compañía la hace una acción muy volátil y las sorpresas son al alza o a la baja, y más después de las declaraciones de la directiva.
La compañía se desplomaba ayer después de que durante la conferencia de analistas la directiva mandara un mensaje desconcertante. El flujo de caja libre se quedaría en equilibrio. ¿En equilibrio? se preguntaron los analistas.
Después de afirmar que la compañía conseguiría aumentar su EBITDA y su margen, uno de los analistas preguntó qué pasaría con el flujo de caja libre. El CFO de la compañía, Alfredo Arroyo, afirmó que el FCF o flujo de caja libre en español, se quedaría en equilibrio. Esto fue de vital importancia, ya que el consenso de analistas esperaba unos 500 millones de FCF. Después de esto los analistas trataron de aclarar que significaba equilibrio, pero la compañía no fue capaz de explicarse.
Por tanto, si se aumenta el margen y el EBITDA, ¿no sé creará caja? Esto es lo más destacable de la conferencia y lo que impactó de lleno en la cotización. ¿Cómo se pagará la deuda si no se genera caja? ¿Se seguirán vendiendo partes del negocio para afrontarla, como con su filial china? Cuestiones que cualquier inversor debería hacerse antes de entrar en la compañía.
Hoy, tras digerirse tal información, Grifols rebota con fuerza, pero no parece que haya cambiado nada. De hecho, después de lo de ayer la presión ha aumentado para la compañía. El hecho de que Thomas Glanzmann será presidente ejecutivo, en lugar de no ejecutivo y sin funciones de control, también preocupa y cuestiona el buen gobierno corporativo.
Análisis realizado por los analistas de XTB