El informe de inflación del IPC estadounidense correspondiente al mes de enero contenía todo lo que la Reserva Federal no quería ver: sorpresas al alza tanto en el índice general como en el subyacente y una clara sensación de que la tendencia a la desinflación que vimos durante la mayor parte de 2023 ha tocado techo.
La semana que viene será relativamente tranquila en cuanto a noticias macroeconómicas. No se publicarán muchos datos de primer nivel hasta el viernes, cuando se conocerán los índices PMI de actividad empresarial de febrero en EE.UU., Reino Unido y la Eurozona. Una serie de intervenciones de representantes de la Fed y un discurso clave sobre la inflación a cargo de Schnabel -miembro del Consejo del BCE- completarán la semana.
En general, tras la negativa sorpresa de esta semana, los traders estarán más inquietos ante cualquier otra cifra o indicador de inflación.
EUR
La producción industrial de diciembre en la Eurozona dio una rara sorpresa positiva, creciendo (sobre una base ajustada por días laborables) por primera vez desde marzo de 2023 frente al año anterior. Si los índices PMI del viernes logran sorprender al alza con respecto a las malas expectativas, el euro podría tocar fondo en torno al nivel de 1,07 frente al dólar estadounidense.
Los mercados se dividen ahora al 50% entre la hipótesis de un primer recorte en las reuniones de abril y junio de este año. Nos parece un equilibrio adecuado de las posibilidades en este momento.
USD
Si echamos la vista atrás unas semanas, parece difícil creer que los mercados pronosticaran un recorte de los tipos de interés de la Reserva Federal en marzo. Desde entonces, la economía estadounidense se ha acelerado y la inflación ha repuntado.
La media anualizada de 3 meses del IPC subyacente (nuestro indicador de inflación favorito), se sitúa ahora por encima del 4% y lleva más de seis meses mostrando una tendencia al alza. Por el momento, los mercados han retrasado hasta junio la fecha en la que prevén un primer recorte total. Esto también parece una perspectiva razonable, a falta de nuevas sorpresas al alza en los datos de inflación.
GBP
Los datos de inflación de enero de Reino Unido fueron en la dirección opuesta a los de EE.UU., con una pequeña sorpresa a la baja. Los datos del PIB del último trimestre de 2023 confirmaron que el país ha entrado en una recesión técnica, lo que supone un apoyo extra para las “palomas” del Banco de Inglaterra.
Los índices de gestores de compras (PMI) de este viernes deberían proporcionar una orientación más precisa sobre el estado actual de la economía británica. Los mercados esperan que las cifras sean coherentes con un repunte significativo del crecimiento en el primer trimestre de 2024, que es probablemente la razón por la que las caídas de la libra esterlina están siendo superficiales y de corta duración.