La tendencia alcista de los tipos y del dólar no remitió la semana pasada. Sin embargo, los datos de inflación inequívocamente positivos de EE.UU. y la eurozona (claramente positivos) cambiaron parcialmente la tendencia el viernes, y abrieron la esperanza de que estamos cerca del máximo en los tipos y del mínimo en las divisas europeas.
Esta semana, estaremos muy atentos al mercado laboral estadounidense. El informe de nóminas no agrícolas correspondiente a septiembre que se publica el viernes será el punto clave, pero los mercados también prestarán atención al informe JOLTS de ofertas de empleo y a las solicitudes semanales al subsidio por desempleo para confirmar la tendencia de relajación observada últimamente. Las ventas minoristas de agosto que se publican el miércoles proporcionarán una lectura del estado de la economía de la eurozona, aunque se trata de una lectura algo desfasada. Además de los datos económicos, a lo largo de la semana está prevista la intervención de varios responsables del BCE y de la Reserva Federal.
EUR
Los datos preliminares de inflación correspondientes a septiembre dieron una buena noticia al BCE la semana pasada, ya que tanto el índice general como el subyacente cayeron bruscamente, mucho más de lo que esperaban los mercados. La tendencia desinflacionista ha cruzado el Atlántico y ahora se aprecia claramente en Europa. La noticia favoreció a la deuda pública europea y al euro.
Los mercados no esperan nuevas subidas de tipos por parte del BCE en este ciclo y, al igual que en Estados Unidos, la cuestión parece ser cuánto tiempo se mantendrán en los niveles actuales. Con pocas noticias de importancia esta semana, el euro se moverá en función de los acontecimientos en EE.UU., en particular la gran cantidad de datos del mercado laboral que se publicarán esta semana.
USD
Al igual que en la eurozona, los datos de inflación de EE.UU. también dieron buenas noticias a la Reserva Federal la semana pasada, ya que tanto el índice general como el subyacente de la medida de inflación preferida por la Fed, el índice de gastos de consumo personal (PCE por sus siglas en inglés), también se situaron por debajo de las expectativas. Antes de la publicación de los datos, los tipos estadounidenses se habían disparado hasta máximos de 16 años, pero cedieron parte de las ganancias tras la publicación.
Ahora que los mercados están convencidos de que no habrá más subidas de tipos en este ciclo, la clave para el dólar vuelve a estar en los datos económicos, en particular los relativos a la inflación y a los indicadores laborales. El informe de nóminas correspondiente a septiembre del viernes es el dato más importante de esta semana en todo el mundo.
GBP
El pesimismo en torno a la economía británica se despejó un poco la semana pasada, ya que el crecimiento del primer trimestre del año se revisó al alza significativamente. Las nuevas revisiones positivas de los datos históricos confirman que la economía británica se sitúa ahora sólidamente (1,8%) por encima de sus niveles anteriores a la pandemia, aunque, como la mayoría de las economías europeas, sigue por debajo de la tendencia anterior a 2019.
La libra sigue cotizando plana frente a sus principales pares, presionada por el tono moderado del Banco de Inglaterra, pero encontrando cierto apoyo en el tono más positivo de las noticias económicas.