Un día muy particular se vivió el miércoles en los mercados. Una muy fuerte caída de los índices bursátiles más importantes en Wall Street le dio marco a un nuevo rally del Dólar ante las divisas principales. El Euro quebró 1.0500 por primera vez desde enero y quedó, al cierre de la sesión, a 5 puntos de su mínimo anual. La Libra esterlina alcanzó su valor más bajo desde el 17 de marzo, y el yen un mínimo desde octubre de 2022.
El billete retrocedió sobre el final del día, con algunas particularidades: quedó muy cerca de cubrir un gap del Oro en 1867 dólares (tocó 1872 dólares, un 161.8% de retroceso de su rally anterior), en tanto el Euro quedó también apenas por encima de un fuerte soporte en 1.0480. La Libra esterlina hizo lo propio: no llegó a 1.2080, nivel que esperábamos ante su gran caída de la víspera, y se detuvo apenas por encima de 1.2100.
El Yen se acerca a 150.00, y suenan fuerte los rumores de intervención por parte del Banco de Japón. En 2022 tomó dos veces este temperamento: la primera, el 22 de septiembre, cuando el par USD/JPY superó 145.00. La recuperación del dólar no se hizo esperar y el cruce alcanzó 151,93 el 21 de octubre, donde el BoJ volvió a intervenir, esta vez con mayor sustento: el Yen recuperó más de 600 puntos, e inició un largo camino que finalizó en enero pasado cerca de 127.00.
Las intervenciones no suelen tener un gran efecto práctico, pero sí le ponen al mercado un límite. La entidad que conduce Kazuo Ueda no ha mostrado interés, por ahora al menos, en apreciar su moneda, que fue empujada a la baja ante los rendimientos de los bonos del Tesoro, que a su vez crecieron, a máximos de casi 20 años, por las ventas de la Fed, que busca absorber fondos. Los de 2 años se mantienen por encima del 5%, en tanto los de 10 años, mientras la curva de rendimientos se mantiene invertida, crecieron por encima del 4.5%, en una estampida que mostraron esta misma semana.
Las monedas europeas, y también el Yen, lucen totalmente sobrevendidas, al igual que el Oro, hablando de cortos y medianos plazos. Esto no significa que sus tendencias bajistas vayan a cambiar rápidamente, pero llama la atención el nivel de agresividad en la aceleración de sus respectivas caídas, prácticamente sin correcciones. Esto aplica, sobre todo, a la Libra esterlina y el oro.
Los argumentos, desde un ángulo fundamental, son débiles. No hay datos que justifiquen un alza del dólar como el que estamos viendo. La Fed puede extender su tasa de interés alta un tiempo más, pero el BCE y el BoE no se han quedado de brazos cruzados, y sus respectivos problemas de inflación lucen más complejos que los de Estados Unidos.
Por otra parte, la gran “preocupación” un su eventual cierre del gobierno federal por falta de acuerdo en el Congreso es una situación harto repetida, que siempre termina con una negociación entre los dos partidos dominantes. La situación no es precisamente cómoda, pero dura pocos días y siempre tiene el mismo final.
En cuanto a una probable recesión global, se ha hablado mucho de la capacidad de resistencia de la economía estadounidense pese a la política monetaria de la Fed, que se tornó sumamente agresiva por las propias acciones previas del banco central, que consistieron en un festival de emisión de dólares. Tampoco es motivo para justificar lo que estamos viendo.
Como dicen en los bancos, mejor esperar y ver. Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.