El Dólar volvió a tomar fuerza en todos los frentes el martes, luego de que se conociera el PMI de servicios de China, con un crecimiento muy por debajo de lo esperado. La medición, conocida en la sesión asiática, recién surtió efecto en horario europeo, con el billete en nuevos máximos de varios meses ante el Euro, y máximos anuales ante el Yen.
La onza de Oro también pierde fuerza en estas horas. Luego de superar 1950 dólares la semana pasada, ahora comienza a apuntar a la zona de 1900 dólares, paso previo a cubrir el gap que dejó en marzo en 1870 dólares. La llegada del metal precioso a tal nivel puede marcar un punto de inflexión para el dólar, tal como sucedió con el Euro en julio, cuando cubrió un gap de febrero de 2022 en 1.1275, para perder posiciones posteriormente.
El billete no encuentra por ahora un techo cierto, y el índice Dólar, una canasta de monedas que incluye a las divisas líder, llega a su máximo desde marzo. El nivel de sobrecompra del Dólar en sus cruces principales no ha sido, por el momento, obstáculo para que siguiera creciendo durante toda la sesión americana de la víspera.
Desde lo fundamental, los datos de China alimentan los temores a una recesión global. Sin embargo, no debe soslayarse que el sector medido sigue en expansión, solo que a un ritmo menor al estimado. Por otra parte, la economía estadounidense tampoco da signos claros de una caída violenta, con el mercado laboral que, lejos de sus mejores guarismos, sigue dando señales de solidez, con una tasa de desempleo menor al 4%.
Por otra parte, la inflación viene cediendo a buen ritmo, aunque se mantiene lejos del 2% pretendido por la Fed en términos interanuales. No así en la medición de 2023, que sí podría acercarse a tal nivel en la medición subyacente. Esto pone en duda que el banco central pueda elevar la tasa en su reunión del 20 de septiembre, probabilidad que los mercados no toman muy en cuenta por ahora.
En Europa el panorama es más complejo. La inflación se mantiene alta, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra se ven obligados a continuar con los aumentos de tipos de interés, y creemos que lo harán este mes, en sus respectivas reuniones. La recesión aparece algo más visible en la Eurozona, algo que quedó demostrado con las decepcionantes cifras de manufacturas y servicios de Alemania y del propio bloque, datos conocidos a fines de agosto. Ello explica la caída del Euro, que sin embargo no parece tener mucho más para perder en el corto plazo.
Respecto al Yen, se sigue inflando una burbuja que lo mantiene en mínimos desde noviembre pasado, al compás de la ultra laxa política monetaria del Banco de Japón, y los rendimientos de los bonos del Tesoro que apenas ceden desde máximos de más de una década y media. La posibilidad de una intervención por parte del BoJ, con efectos efímeros en la práctica, pero poniendo un límite a la caída del yen, parece muy cercana.
La bolsa de Nueva York observó una marcada pérdida en sus índices principales producto de las preocupaciones por la economía global antes mencionada. De todas formas, tanto los futuros del Dow Jones, como el S&P 500 y Nasdaq 100 mantienen una tendencia alcista de corto plazo.
Este miércoles, el anuncio de política monetaria del Banco de Canadá (se espera que deje sin cambios la tasa de interés en el 5%, la más alta desde marzo de 2001) y el ISM de servicios en Estados Unidos, completarán la agenda de noticias. Respecto a este último informe, se trata de uno de los datos clave para la economía, y si bien ha ido perdiendo fuerza en los últimos meses, se mantendría por encima de los 52 puntos, lejos de los 50 puntos cuyo quiebre marcarían una contracción del sector.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
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