Solaria se encuentra con vientos de cola, tanto por parte de los analistas como por el sentimiento del mercado. Y ello a pesar de que es una de las compañías cuyo coste de financiación es uno de los principales lastres en sus finanzas.
Por Darío García (XTB)
Actualmente es uno de los referentes clave del mercado europeo de las renovables y ha aprovechado los movimientos corporativos en el sector para contagiarse de unas buenas perspectivas para el año.
Este tipo de movimientos que indican posicionamiento estratégico de grandes fondos cuando el precio es lo suficientemente atractivo, o cuando el precio de mercado se encuentra “a descuento” del valor contable, ha sido acogido positivamente por las casas de análisis más importantes.
Sin apenas recomendaciones de venta sobre el valor, Solaria apunta a ofrecer un buen segundo trimestre, siguiendo la estela dejada por los resultados del trimestre anterior, en el que el beneficio operativo creció un 21% y el beneficio neto, un 22%.
No debemos olvidar que Solaria (SLR.MC) fue la gran beneficiada del boom de las renovables, subiendo un 460% en 2020, pero también una de las grandes perjudicadas tras el posterior pinchazo.
Desde sus máximos marcados en los 31 euros por acción se desplomó hasta los 12 euros por título, lo que implica una caída del 61%. Y ahora, vuelve a esta zona de soporte tras un buen mes de junio y proyectando potenciales alzas tras superar niveles clave.
En este sentido, el pequeño rango de las últimas semanas muestra consolidación alcista para la continuación del movimiento. Tras superar los mínimos de mayo en los 13,35 euros por acción, tiene potencial para confirmar el fin de la tendencia bajista iniciada a principios de año.
Con entrada a mercado, situaremos el límite de pérdidas por debajo de los mínimos de 12,30 euros por acción, para un objetivo alcista de recuperación en los 20,35 euros por título. No exenta de riesgo, esta oportunidad ofrece una relación riesgo/beneficio potencial de 4,28x.