CaixaBank es de las pocas entidades financieras del Ibex35 que mantiene un tono positivo en el comportamiento de la acción. Recientemente ha conseguido que su política retributiva de dividendos a los accionistas supere en rentabilidad a la del que hasta ahora era el principal referente en este ámbito, BBVA.
Por Darío García (XTB)
Pocas noticias particulares se desprenden de los recientes titulares, pero la tendencia agresiva del BCE mantiene en vilo la gestión del riesgo de la banca europea, que deberá trabajar en otras unidades de negocio que no supongan la concesión de créditos.
El «credit crunch» por los ya elevados tipos de interés, un mercado inmobiliario rozando extremos superiores de rangos de precios y el impacto general de la inflación en el bolsillo de los consumidores están mermando la capacidad de hacer negocio a la banca.
Ahora es el momento de atraer pasivo, con productos de ahorro a plazo que ofrezcan retornos alineados con los recientes incrementos de tipos de interés, pese a que Goirigolzarri ha indicado que el mercado y la banca serán quienes establezcan las tasas de ahorro de estos productos, quitando «hierro» a una potencial guerra de productos dentro de la banca. Está claro que habrá una campaña agresiva por atraer capital.
En este sentido, CaixaBank está posicionada en un buen lugar, tanto de mercado, como fundamental, pero también técnico. Que con lo indicado anteriormente podría continuar con el actual proceso alcista tras consolidar el soporte de largo plazo.
Con una entrada a mercado, tras haber superado recientemente la zona de resistencia (3,637 euros por acción), encontramos tres objetivos principales marcados por niveles de referencia anteriores.
Según el perfil de riesgo del inversor, son los siguientes:
TP1: 3,793 euros.
TP2: 3,921 euros.
TP3: 4,130 euros.
El límite de pérdidas lo situaremos por debajo del último mínimo relativo, que se encuentra por debajo de la zona de resistencia superada comentada anteriormente, en los 3,547 euros.