Bankinter ha sido uno de los bancos más penalizados durante las últimas sesiones y en el acumulado del año es la única entidad que cotiza en negativo, pierde alrededor de un 10% y solo es superada por Grifols. Aun así, durante el año pasado recuperó el mismo nivel de beneficios que antes de la pandemia, teniendo en cuenta que durante este periodo segrego Línea Directa de su cotización. Ha logrado este objetivo mucho antes de lo previsto cuando anunció la separación entre el banco y la aseguradora.
En la última presentación de resultados incrementó sus beneficios un 28% hasta los 562 millones de euros, logrando crecer en todas sus divisiones y en todos sus mercados. Este buen comportamiento estuvo impulsado como el resto de las entidades por el ensanchamiento en el margen de intereses y los ingresos por comisiones. La tasa de morosidad se sitúa en el 2,10% y respecto a su solvencia, el ratio de capital se encuentra en el 12%, muy por encima de los requerimientos mínimos.
Bankinter (BKT.MC) tiene una gran exposición a la gestión de activos en detrimento de la actividad más puramente bancaria como el crédito a empresas y hogares. Esta puede ser una de las razones por las que desde que empezaron las subidas de tipos, el resto de las compañías, más expuestas al crédito, lo hicieran mejor. Aun así, Bankinter es uno de los bancos más estables y desde el inicio de la pandemia es el que mejor se ha comportado, con una revalorización por encima del 150%.
Durante los próximos meses podrá seguir beneficiándose del aumentó en los tipos de interés, pero con la amenaza de que una desaceleración económica pueda frenar la actividad bancaria y aumentar la morosidad. Además, tras la caída de SVB y el rescate a Credit Suisse, el sector financiero está sometido a una mayor presión, por lo que Bankinter nos puede ofrecer una mayor estabilidad en el caso de que se dispare la volatilidad.
Desde un punto de vista técnico:
La fuerte corrección sufrida durante las últimas sesiones, le ha alejado de un claro canal alcista en el que cotizaba desde que el BCE inició el ciclo de subidas de tipos el pasado mes de julio. En el corto plazo tiene una zona de soporte entre los 5,30 y los 5,10 euros por acción, que coincide con los mínimos de las últimas semanas. Por encima de su precio actual, tiene un primer objetivo en los 6,10 euros y una resistencia de mayor relevancia cerca de los 7 euros por acción, que coinciden con sus máximos anuales.
Análisis realizado por Joaquín Robles (XTB)