De California a Zúrich, pasando por Washington: En los últimos 10 días, la atención de los traders del petróleo se ha desplazado a un ritmo vertiginoso por tres líneas de tiempo, desde la crisis bancaria hasta la decisión de hoy de la Reserva Federal sobre los tipos de interés.
Es probable que pasen otros 10 días, y una fecha virtual, antes de que aquéllos posicionados en largo en el crudo puedan estar tranquilos y vuelvan a sentir que controlan el mercado.
Eso será el 3 de abril o después de la reunión virtual de la OPEP+, que permitirá a los productores mundiales de petróleo reintroducir en la narrativa del mercado el temor a una escasez de suministro, para contrarrestar el temor a la liquidez generado por la crisis bancaria y cualquier temor a la recesión exacerbado por las perspectivas del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sobre la inflación y los tipos futuros.
El analista del petróleo de Bloomberg, Grant Smith, que escribió el lunes desde el lago de Ginebra, donde los traders de materias primas asisten a un retiro del Financial Times para evaluar la desaparición de Credit Suisse, ha dicho que los disturbios de la crisis bancaria de California a Zúrich se reflejarán en la decisión de la Fed y en las perspectivas sobre los tipos. Y añade:
«Los ejecutivos comerciales reconocen que el contagio bancario supone un riesgo para cualquier ataque de los alcistas de las materias primas. Y la próxima prueba clave para ello, admiten, no se encuentra a orillas de un lago suizo, sino a miles de kilómetros de distancia, con la decisión del miércoles de la Reserva Federal».
El petróleo West Texas Intermediate de Estados Unidos ha recuperado en las dos últimas sesiones un 4% del 13% perdido la semana pasada, durante la que resultó ser la peor semana del petróleo desde el estallido de la pandemia del coronavirus hace tres años. El Brent de Reino Unido retrocedió un 3% entre el lunes y el martes, también tras el desplome del 13% de la semana pasada.
Unas seis horas antes del inicio de la jornada del miércoles en Nueva York, el WTI estaba a punto de volver al nivel clave de 70 dólares por barril, tras caer el lunes a 64,12 dólares, mínimos desde diciembre de 2021. El Brent rondaba justo por debajo de los 75 dólares, tras registrar mínimos de 15 meses en 70,12 dólares apenas dos días antes.
El repunte de las últimas 48 horas ha sacudido la confianza de los alcistas del petróleo en que lo peor de la crisis bancaria podría haber pasado. O que, al menos, los temores de contagio de la misma se habían detenido.
Los rumores sobre que la demanda china de petróleo está desatada —ahogados durante la última semana bajista para el crudo— vuelven a aparecer tras las declaraciones de Smith para Bloomberg, en las que citaba al grupo Trafigura afirmando que China estaba «en auge de nuevo, con los restaurantes llenos y los viajes nacionales por encima de los niveles prepandemia, aunque los inversores occidentales no se lo crean».
«Cuanto más lejos se esté de China, menos probable es que se crea en la recuperación de este país», añade Saad Rahim, economista jefe de Trafigura.
También han vuelto a entrar en juego las advertencias de que el reciente desplome del mercado podría provocar un ajuste de la producción de petróleo.
«La caída de los precios del petróleo va a provocar una reducción de la inversión en la producción de crudo, lo que empeorará la escasez estructural a largo plazo del mercado petrolero», afirma Phil Flynn, analista de PRICE Futures Group de Chicago y una de las voces más firmes del lado del petróleo a largo plazo.
Sin duda, Flynn dijo que no era sólo él quien decía eso.
«El director ejecutivo de Trafigura, Jeremy Weir, advierte de que los actuales precios del petróleo no fomentan la producción. También cree que no va a haber demasiados descensos para el petróleo desde este nivel», añade Flynn en unas declaraciones publicadas el martes.
Sin embargo, la incertidumbre de la Fed lastra el mercado del petróleo.
Todo apunta a que el banco central aprobará otra subida de 25 puntos básicos, con lo que los tipos de interés de Estados Unidos tocarían techo en el 5%. Si bien eso parece haber sido ya tenido en cuenta, lo que no lo está es lo que dirá el presidente Jerome Powell.
Powell podría decir que la crisis bancaria ha hecho que la Reserva Federal se replantee los tipos, lo que sería de gran importancia para los partidarios del riesgo y podría hacer que el crudo subiera otro 3% o incluso un 5%. Wall Street ha estado intentando culpar del colapso de al menos dos bancos estadounidenses, Silicon Valley y Signature, y de la casi insolvencia de un tercero, llamado First Republic, a las llamadas subidas excesivas de tipos de la Reserva Federal, y no a la temeraria asunción de riesgos por parte de los ejecutivos de los bancos que quebraron. El objetivo es sencillo: conseguir que la Fed detenga por completo las subidas de tipos para que el S&P 500 pueda subir otros 500 puntos.
Pero la Fed también podría ir en la dirección contraria —y esto es lo que muchos creen que hará—, y Powell podría abogar por una continuación del ajuste monetario hasta que la inflación vuelva a su objetivo del 2% anual desde el crecimiento anual del 6% de febrero. Este agresivo discurso podría suponer la ruina para el petróleo y otros activos de riesgo que acaban de recuperarse del varapalo a la confianza de la semana pasada.
En una nota sobre los mercados de valores publicada el martes, TD Cowen se centró en las probabilidades de que la Reserva Federal se muestre decidida a combatir la inflación:
«En episodios anteriores de repentinas crisis financieras, aparte de la Gran Crisis Financiera, la Reserva Federal respondió a menudo con una relajación de su política monetaria… Sin embargo, la circunstancia actual es más singular, ya que la Reserva Federal tiene entre manos un obstinado problema de inflación junto con la inestabilidad de los mercados financieros», señala la unidad de TD Securities en la nota.
Si a esto le añadimos la probabilidad de que la Administración de Información Energética de Estados Unidos publique hoy otro informe poco alentador sobre las reservas semanales de crudo, el WTI podría recuperar gran parte de las ganancias de los dos últimos días.
El petróleo: ¿Culpable hasta que se demuestre lo contrario?
Fawad Razaqzada, analista de StoneX en Londres, es uno de los que exigen más pruebas de que el repunte del petróleo de esta semana podría ser permanente.
«¿Ha tocado fondo el petróleo? Hasta el desplome de la semana pasada, los precios del petróleo llevaban mucho tiempo estancados en un estrecho rango. Por lo tanto, esta recuperación de dos días no debe confundirse con que el mercado ha tocado fondo». Culpable hasta que se demuestre lo contrario, así es como yo enfocaría los precios del crudo: tienen que mostrarnos pruebas claras de que han tocado fondo».
Razaqzada también ha señalado que los precios del crudo llevan meses tendiendo a la baja; su repunte la semana pasada de un patrón de consolidación de varias semanas sugiere que podría haber más potencial a la baja para los precios del petróleo. Y añade:
«El impacto de los elevadísimos niveles de inflación de los dos últimos años ha perjudicado al consumo, mientras que el importante ajuste de los tipos de interés por parte de los bancos centrales ha reducido aún más el poder adquisitivo de los consumidores y las empresas. Todavía no se ha dejado notar plenamente en la economía mundial el impacto de los últimos ajustes. Hay esperanzas de que, con la reciente reactivación de la economía china, la demanda se acelere».
En cuanto al suministro, Razaqzada afirma que la producción de los países no miembros de la OPEP, con Rusia a la cabeza, sigue aumentando, absorbiendo la demanda reprimida por la reactivación económica de China. Señala que la Agencia Internacional de la Energía, o AIE, ha pronosticado recientemente que la oferta mundial de petróleo superará «holgadamente» la demanda en el primer semestre de este año, tras proyectar inicialmente una demanda récord de China para todo 2023.
«Por ahora, las noticias de que Rusia ha decidido mantener su producción de petróleo en niveles reducidos hasta junio y la relajación de las condiciones del mercado han contribuido a mantener los precios en terreno positivo», explica Razaqzada. «Las perspectivas del crudo siguen siendo turbias, a pesar de las actuales restricciones de la OPEP+… a medida que aumenta el suministro no procedente de la OPEP».
Ahí radica la cuestión de qué puede hacer la OPEP+ —formada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, liderada por Arabia Saudí, y compuesta por 13 miembros, y 10 productores de petróleo independientes dirigidos por Rusia— para hacer retroceder el mercado del petróleo.
Seré sincero: la OPEP por sí sola —es decir, dirigida por el poder solitario de los saudíes— puede hacer bastante. Con la OPEP+, es decir, con Rusia, la organización combinada puede hacer mucho más. Ésa fue la base, de todos modos, por la que Riad cortejó a Moscú en 2015 para formar una alianza.
Salvo por una breve y muy pública disputa entre ambos en el momento álgido del estallido del COVID-19 en 2020, la dirección conjunta saudí-rusa de la OPEP+ ha sido admirable a la hora de mantener el mercado, sobre todo con medias verdades sobre la producción y amenazas veladas sobre reducciones de la producción que rara vez se han llevado a cabo en el último medio año.
Dado que un tercio del suministro mundial ya está en riesgo por las sanciones impuestas a Rusia por Ucrania, la OPEP+ sabe que el temor a la escasez de suministro es mayor para el mercado del petróleo que la preocupación en torno a un exceso de suministro.
Así, la cuidadosa introducción de palabras como «el mercado necesita equilibrarse» suele bastar para crear una prima de entre 5 y 10 dólares por barril en cualquier momento, desde una semana antes de una reunión de la OPEP hasta una después. Esos 10 dólares cubrirían básicamente todo lo que los precios del crudo perdieron la semana pasada.
Para que conste, desde noviembre se supone que la alianza implementa una reducción de la producción de dos millones de barriles al día.
Sin embargo, la sobreproducción es habitual, y la cantinela es que el mercado sigue equilibrado.
John Kilduff, socio del fondo de cobertura energético neoyorquino Again Capital, dice:
«Los datos demostrarán que la OPEP+ ha hecho caso omiso durante muchos meses de la reducción de la producción de 2,0 millones de barriles. Pero el mercado se sigue tragando todo este cuento».
Después de que los precios del crudo registraran mínimos de 15 meses la semana pasada, el primer ministro de Irak, Mohammed Shia’ Al Sudani, y el secretario general de la OPEP, Haitham al-Ghais, subrayaron la necesidad de coordinar a las naciones exportadoras de petróleo para garantizar que los precios no fluctúen y repercutan tanto en los países exportadores como en los consumidores. Curiosamente, la OPEP+ nunca ve la necesidad de coordinar o «equilibrar» el mercado cuando los precios suben.
Ya veremos esta semana y la que viene hasta el 3 de abril qué puede hacer —y qué hace— la OPEP+ para «arreglar» el mercado.
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Barani Krishnan/Investing.com
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