No ha sido un año sencillo en la órbita de las criptomonedas. Las bancarrotas de FTX y BlockFi durante el pasado mes de noviembre ponen de manifiesto la pérdida de atractivo financiero que han venido sufriendo los activos digitales. A esto se sumaron el desplome de los precios y la caída de los mercados, que llevó a los inversores a deshacerse cuanto antes de todo el capital de riesgo acumulado. Tampoco terminó de ser positivo el rendimiento de Bitcoin y de Binance coin, que experimentaron batacazos del 62 y del 10% respectivamente. Con estas coordenadas como casilla de salida, existe mucha incertidumbre en torno a lo que depararán los próximos meses.
Para el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el análisis de los mercados a día de hoy evidencia que el descenso del precio del Bitcoin provoca que los usuarios interactúen menos en las plataformas de intercambio de criptodivisas. Se trata de un comportamiento que tiende a darse en los inversores primerizos, de los que el 70% suele perder dinero del capital que emplea inicialmente. Según Ryan Wong, analista sénior de la criptobolsa Huobi, este tambaleo constante provoca una fuerte desconfianza hacia los sistemas descentralizados.
No todas las opiniones apuntan a la misma dirección. Desde South American Miners, la startup orientada a la creación de granjas de Bitcoin, entienden que las fases en las que las criptos sufren descensos importantes representan una oportunidad para que cualquier persona pueda formar parte del mercado a través de inversiones más asequibles. Desde esta horizontalidad, los expertos consideran que nos encontramos en una época propicia para que se lleve a cabo una mayor regulación de este tipo de divisas, lo que permitiría, entre otras cosas, acelerar su uso en entornos más cotidianos.
En este sentido se mueve la previsión de Nauman Sheikh, jefe de tesorería de la multinacional de servicios financieros Wave Financial, que sostiene que las empresas admitirán cada vez más las criptomonedas como métodos de pago, una tendencia que invitaría a los usuarios a sacarles un rendimiento mucho más versátil. Hay que tener en cuenta que, hasta la fecha, estos activos han adquirido fundamentalmente la naturaleza de herramienta de inversión, aunque ya existen espacios de compras virtuales en los que se les empieza a dar un mayor protagonismo.
¿Qué se puede comprar con las criptomonedas?
De la misma forma que las tarjetas de crédito o los sistemas como Bizum o PayPal se utilizan con absoluta normalidad en los soportes de comercio electrónico, las criptomonedas empiezan a circular poco a poco también por contextos de esta índole. No faltan los ejemplos. Los usuarios pueden emplear sus criptoactivos en la reserva de habitaciones de hotel o en la compra de billetes de avión gracias a compañías como Destinia, que ofrece esta posibilidad. Lo mismo sucede con la adquisición de entradas para eventos de todo tipo; la plataforma 13 Tickets permite el pago a través de más de 300 criptomonedas diferentes, ya sea para actuaciones de música, visitas a museos o rutas gastronómicas.
La industria del juego es otra de las que se han sumado a esta iniciativa. Si Steam ya fue pionera en 2016 aceptando monedas virtuales, Joltfun es actualmente la web de videojuegos más destacada en este aspecto: ofrece más de veintidós mil títulos que pueden comprarse con Bitcoin. El fenómeno está proliferando asimismo entre las casas de apuestas nuevas, donde las criptomonedas están sujetas a un porcentaje de comisiones más pequeño y permiten a los jugadores una participación mucho más privada. No obstante, cabe poner de relieve que en España estos operadores todavía no cuentan con licencias de la Dirección General de Ordenación del Juego.
Además, el empleo de estos activos no se limita únicamente a la obtención de artículos de escaso valor, sino que también pueden utilizarse para la compra de viviendas y de vehículos. Distribuidores de coches como BitCars o AutoCoinCars contemplan esta opción entre sus servicios, al igual que sucede con Fotocasa, que hace unos meses contaba con casi una veintena de inmuebles que podían adquirirse con Bitcoin.
Llegados a este punto, surge la pregunta estrella: ¿hacia dónde camina la regulación? Con independencia del buen estado de forma o del declive que presente el sector de las divisas digitales a corto o medio plazo, la Unión Europea tiene aprobado el texto definitivo del Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos, popularmente conocido como Ley MiCA (Markets in CryptoAsset). Se trata de una normativa que plantea un marco regulatorio común para todo el segmento financiero que existe en torno a la tecnología blockchain y las criptomonedas. Sin embargo, los retrasos derivados del conflicto geopolítico por el que atraviesa el mundo han provocado que la votación final se postergue hasta el próximo mes de abril, así que la implantación de la ley acabaría siendo una realidad ya en el año 2024. Toca esperar.