Sin dudas, el mes que está por finalizar ha sido uno de los mejores de los últimos tiempos para el dólar. Prácticamente todos los informes importantes de Estados Unidos lo han favorecido, alentando además un endurecimiento de la política monetaria de la Fed. No es una novedad si se toman en cuenta los últimos discursos del presidente Jerome Powell, quien ha insistido en remarcar los futuros aumentos de tipos de interés ante una inflación persistentemente alta.
Llamativamente, los mercados reaccionaron en dirección contraria a esos dichos una y otra vez, hasta que los propios aumentos de tasa y los informes clave los regresaron a la realidad. La posibilidad de que esta política monetaria dura termine por hacer entrar en recesión a la primera economía del mundo es lo que mantuvo alta la expectativa de los mercados de una política monetaria más suave.
Los últimos aumentos dejaron a todos conformes. Después de cuatro aumentos consecutivos del 0.75%, el 0.25% de diciembre y febrero mostraron una moderación de la Fed. Pero con más de medio millón de empleos creados el mes pasado, más una inflación que se reduce a cuentagotas parecen decir que los aumentos de este tenor (0.25%) no terminarán este semestre.
El dólar no encontró rivales de fuste este mes. El euro inició febrero en sus máximos de casi 10 meses por encima de 1.1000, pero se desplomó debajo de 1.0500 la semana pasada. La moneda única inicia esta semana en una posición débil, y le costará recuperar su tendencia alcista. El quiebre de 1.0600 fue determinante en este sentido, y ahora, solo la superación de 1.0700 podría darle alguna chance para los próximos días.
La libra esterlina, en tanto, perdió la cota de 1.2000, y por el momento no parece tener fuerza para recuperarla, o al menos para alejarse de la misma en forma decisiva. Tanto el euro como la libra caen por la fortaleza del dólar y no por cuestiones internas de la Eurozona o Reino Unido, donde los informes conocidos en las últimas semanas no han dado mucho que hablar.
El yen vuelve a estar en los titulares. Cerró la semana por encima de 136.00, ante un aumento muy fuerte de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que a su vez crecen de esta manera por la presunción de una mayor agresividad de la Fed. Por propiedad transitiva, cuando la inflación caiga en forma sustentable, y la Fed deje de aumentar la tasa, el yen retomará un camino más calmo, que tendrá su prueba de fuego en 125.00, muy pero muy lejos del nivel actual.
El oro no está ajeno a los que sucede con las monedas principales. Cerró la semana en 1810 dólares, su mínimo desde el 29 de diciembre, y tiene ahora su siguiente objetivo en 1785 dólares, un 50% del alza 1615 /1959 dólares.
La bolsa de Nueva York cerró una semana amarga. Los índices principales presentan un panorama bajista muy marcado, con distintos niveles de aceleración. El Nasdaq 100, que se había mostrado muy débil en el último trimestre de 2022, se mantiene ahora algo más firme que el Dow Jones y el S&P 500. Las acciones sufren ante los próximos aumentos de tipos de interés, cualquiera sea su sector.
El calendario de esta semana tiene varios atractivos. El primero es la asunción del nuevo gobernador del Banco de Japón, Sr. Kazuo Ueda, que reemplaza al histórico Sr. Kuroda. El yen puede reaccionar al discurso de Ueda, que tendrá lugar el martes a primera hora.
Por otro lado, los datos de manufacturas y servicios y los datos de empleo de febrero, todos en Estados Unidos, tendrán el protagonismo a lo largo de los próximos días. El liderazgo del dólar estará a prueba, sobre todo el viernes, ante una generación de empleos que difícilmente pueda superar las excepcionales marcas de enero.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College