El dólar continúa en una racha alcista que se extiende, tal vez, más de lo previsto. El martes se conoció el PMI anticipado de manufacturas y servicios, y este último sorprendió a los mercados con una cifra por encima de los 50 puntos, lo cual marca expansión del sector.
La sorpresa fue aún mayor si se considera que había caído debajo de tal nivel en julio de 2022, coincidiendo con la baja global de la economía de entonces. La guerra en Ucrania tuvo mucho que ver en este sentido, con una baja importante en las ventas minoristas, los precios de las materias primas en máximos de más de una década, y una inflación en máximos de varias décadas.
Las cifras publicadas le dan esperanza a la economía, sin dudas. Lejos del ideal, la actividad se va recuperando, y las palabras del presidente de la Fed, Sr. Powell, toman más vigencia que cuando las expresó. El funcionario habló de un aterrizaje suave de la economía después de varios aumentos de tipos de interés, que mantendrá en sus próximas reuniones de política monetaria, y sus deseos parecen corporizarse: cuesta encontrar un mes en el que coincidan los datos de empleo con más de medio millón de empleos creados, la inflación bajando (poco, pero bajando al fin), las ventas minoristas aumentando el triple de lo esperado, y los datos de PMI nuevamente en zona de expansión.
El dólar volvió a tomar fuerza ante las noticias, aunque no logró nuevos máximos ante el euro y la libra esterlina. Sí lo hizo ante el yen, que llegó a sus mínimos desde inicio de enero, en una baja explicable desde el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los mercados descuentan que habrá nuevos aumentos de tasa, los bonos pierden valor, y naturalmente sus rendimientos se disparan.
Por el momento, no se ven motivos claros para que baje el dólar. Tiene todo a su favor, y solo alguna noticia extraña, que no se espera (al menos desde lo macro) en lo que queda del mes podría cambiarle la tónica al billete.
La onza de oro logra mantenerse sobre los 1820 dólares, nivel cuyo quiebre podría generarle un desplome. Pero hasta las materias primas, que habían iniciado el año con una velocidad alcista huracanada, parecen rendirse al dólar. Así como el oro ya cedió más de 130 dólares desde sus máximos, la plata se hunde debajo de los 22 dólares, y los futuros del petróleo apenas se mantienen por encima de los 75 dólares, más cerca de los mínimos de 2022 en 70 dólares que de superar los 82 dólares, nivel cuya superación le daría un respiro de corto plazo.
La bolsa sufrió su peor baja en un mes, al menos en el índice Dow Jones, y las acciones, que se muestran más volátiles que de costumbre, no logran consolidar ganancias sustentables. Todo, claro está, producto de un dólar que, si bien no se ve imparable, no parece tener adversarios a la vista por un buen tiempo más.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
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