Es evidente que el año que acaba de terminar no quedará en la historia por las ganancias de las acciones de la bolsa de Nueva York. Los índices principales sufrieron su peor caída desde 2008, y las versiones de que la economía estadounidense puede caer en recesión no ayudan de cara a los primeros meses de 2023. Tampoco lo hace el hecho de que la Fed haya anunciado, el mes pasado, que seguirá con los aumentos de tipos de interés, una medida lógica ante una inflación que si bien parece haber llegado a un techo, está lejos de encaminarse hacia los objetivos del banco central.
Sin embargo, el cierre del viernes fue auspicioso para las acciones líderes, sobre todo las tecnológicas, que son las que más sufrieron durante 2022. Y en el corto plazo podrían plasmarse ganancias de moderado tenor, lo cual a su vez equivaldría a una baja del dólar.
La moneda norteamericana se mostró algo débil el viernes, y la inmovilidad de los mercados del lunes, con la mayoría de las plazas financieras cerradas, lo mantuvo sin cambios ante el primer día hábil de enero.
El euro necesitará un buen impulso para posicionarse sobre 1.0700, nivel que quebró el viernes, aunque sin mucha convicción. La superación del máximo de diciembre en 1.0735 sí podría ser un buen síntoma para la moneda única, que debe luchar contra varios factores que le juegan en contra. Entre ellos, las preocupaciones por el crecimiento de la economía de la Eurozona. A favor tiene el anuncio del Banco Central Europeo de aumentar la tasa de interés “una y otra vez” según lo expresó su titular, Christine Lagarde pocas semanas atrás.
La libra esterlina no luce con tantas posibilidades de crecimiento. Sus chances vendrán de la mano de un crecimiento del euro, aunque lejos está de tener méritos propios para crecer. A 3 años de la entrada en vigencia del Brexit, el precio actual de la libra es solo una de las consecuencias que paga Reino Unido por la salida de la UE, pero no la única. La libra deberá superar 1.2200, lejos del nivel actual, para comenzar a apuntar a 1.2500 en primer término.
El yen se mostró mucho más sólido el viernes, con una marcada recuperación que lo dejó cerca de sus máximos de varios meses que tocó en diciembre en 130.55. El quiebre de tal nivel ya llevará a la moneda nipona a la zona de 129.00, donde técnicamente aparece un soporte de importancia en el cruce USD/JPY. Queda lejos del precio de inicio de 2023.
La onza de oro luce con buenos signos para este martes. Finalmente, su pérdida de todo 2022 fue de tan solo 6.60 dólares, algo mínimo respecto a su caída de mediados de año, cuando llegó a 1615 dólares. La superación de 1840 dólares le dará un fuerte impulso, aunque este no parece llegar el martes.
La semana tiene como principales atractivos los datos de ISM de manufacturas y servicios, previstos para el miércoles y viernes respectivamente, y el dato de empleos no agrícolas, también el viernes. Esta cifra será clave, dado que si el nivel de desempleo sigue bajo y la creación de empleo sólida, la Fed tendrá vía libre para seguir ajustando su política monetaria.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College