Luego de un festivo global (se da muy pocas veces), los mercados retoman su actividad normal, aun cuando se trata de una semana sin datos de interés.
El dólar intenta no perder su tendencia alcista, que mantuvo durante gran parte del año, y si bien ha cedido terreno ante las monedas europeas y el yen, desde el anuncio de política monetaria de la Fed, que elevó la tasa en un 0.5%, intenta recuperar posiciones en prácticamente todos los frentes.
Despejada la incógnita acerca de cual será el temperamento que adopte la Fed en sus próximas reuniones (se sabe que los aumentos de tasa seguirán vigentes, aunque en una medida menor a la de gran parte de 2022), la atención se centra sobre el funcionamiento de la economía.
Muchos arriesgan que habrá recesión en Estados Unidos en 2023, algo que finalmente no tendrá tanto impacto en los mercados, o al menos no el efecto esperable en estos casos; en otras palabras, una recesión no implica una caída de la bolsa de Nueva York, y podríamos decir que hasta se vería beneficiada.
Desde el inicio de la pandemia, las inyecciones de fondos de la Fed sirvieron para alimentar artificialmente a la bolsa, que cambió de humor repentinamente un año atrás, cuando el Sr. Powell anunció recortes en los planes de estímulo, y alzas progresivas de la tasa de interés.
Durante buena parte de 2022, los aumentos de tipos fueron interpretados como el último del año, o como un límite. Los mercados se movieron en función de esta presunción, que rápidamente fue quedando atrás ante los discursos agresivos de Powell.
En este mes de diciembre los mercados parecen haber entrado de un ciclo algo más sereno. Los bancos centrales publicaron sus últimos comunicados del año, y la mayoría dispuso aumentos de tasa, pero con limitaciones, y con tonos razonablemente pesimistas para el futuro.
A la vez, Estados Unidos mantiene sólidas sus variables de empleo, PBI y ventas minoristas, por lo que los incrementos de tipos no están generando un panorama tan desolador. Ello es lo que provocó que el dólar dejara de caer.
Esta suerte de limbo mantiene al euro flotando entre 1.0500 y 1.0700, sin pasar de manera decisiva dichas barreras, y generando una cierta calma en el resto del mercado. El yen, con una volatilidad que no es habitual, pero que fue una constante durante 2022, es la moneda que mayores oscilaciones presenta.
Este martes, la apertura de la bolsa de Nueva York a las 9:30 del este será el hito del día. La bolsa viene presentando un comportamiento sumamente irregular en los últimos tiempos, con las acciones tecnológicas muy debilitadas, y con una perspectiva negativa en el corto plazo. Sin embargo, el escenario parece preparado para un salto de los papeles durante los primeros meses de 2023.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College