Las empresas de hoy se enfocan en brindar el máximo valor a sus clientes, y a su vez buscan aumentar su potencial de ingresos a través de procesos de facturación optimizados donde la capacidad de administrar grandes volúmenes de transacciones genere beneficios para todos los involucrados. Para lograr todo ello, las empresas enlazan su rol competitivo centrados en el bienestar del consumidor en un entorno cada vez más propenso a las interrupciones y que cambia rápidamente.
Al analizar el escenario pos pandemia, se puede percibir que las empresas más inteligentes han migrado de manera más acelerada la facturación en sus instalaciones a la facturación basada en la nube. De hecho, la adopción generalizada de estos software es asombrosa, es un mercado que crece a una tasa compuesta anual del 22 % saltando de $5.920 millones en 2021 a $7.210 millones proyectados para finales de este año, y un pronóstico de $15.210 millones para 2026, según The Business Research Company.
Ahora bien, al repasar las tendencias que han impulsado la migración de facturación a la nube se destaca el programa fácil de facturación, aunque el cambio en la tendencia de crecimiento de este mercado se debe principalmente a sus menores costos operativos, siendo un factor significativo pero no el único ya que hay otros factores a considerar, tales como:
No más mantenimiento de hardware
El primer beneficio (y el más esencial) de cambiar de facturación local a un proveedor basado en la nube, es que se elimina el costo de mantenimiento del hardware. Mientras que el software de facturación en las instalaciones se aloja localmente en computadoras y servidores propiedad de la empresa, el proveedor de software aloja el sistema de facturación basado en la nube y se accede a él a través del navegador web. Con los sistemas locales, la empresa es responsable del costo (tanto en dinero como en tiempo) de comprar, mantener y actualizar los servidores a medida que crece la empresa. Con los sistemas basados en la nube, ese costo recae directamente en el proveedor.
Configuraciones flexibles
La facturación basada en la nube ofrece mucha más flexibilidad que las soluciones locales. Un sistema de facturación en las instalaciones puede respaldar de manera efectiva las necesidades comerciales en el momento de la implementación, pero la realidad es que simplemente no está diseñado para el cambio. En el momento en que se implementa un nuevo modelo de precios o un nuevo mercado geográfico u oferta de productos, la solución en las instalaciones comienza a retrasarse. Cada modificación requiere la intervención de un experto para volver a ponerse al día. La implementación de estos cambios puede demorar desde días y semanas hasta un año completo, lo que pone a las empresas en riesgo de perder sus oportunidades de atender a los clientes de formas nuevas e innovadoras. Sin embargo, los sistemas basados en la nube están diseñados para potenciar el crecimiento y el cambio.
Integración perfecta de sistemas
Finalmente, la plataforma de facturación es solo una parte del ecosistema tecnológico que impulsa un negocio próspero. Estos sistemas de facturación deben funcionar juntos y a la perfección para optimizar el rendimiento y el crecimiento de las organizaciones. Una vez más, las soluciones en las instalaciones presentan un obstáculo, ya que requieren una intervención manual significativa (otra pérdida de tiempo y presupuesto) para integrarse con otras soluciones fuera de la plataforma. Debido a esto, a menudo provocan atascos, como brechas o inconsistencias en los datos o flujos de trabajo estancados entre departamentos.
Sin duda alguna, las soluciones basadas en la nube están diseñadas para funcionar en conjunto con una amplia gama de otros sistemas, ya que estos se integran sin problemas, lo que permite flujos de trabajo automatizados y una transferencia de datos sin inconvenientes. Todos estos beneficios de las plataformas de facturación basadas en la nube se suman a otras ventajas significativas como tener clientes más felices, precisar ventajas competitivas y obtener mayores ingresos.