A falta de poco menos de dos semanas para el anuncio de política monetaria, la Reserva Federal sigue enviando claves a los mercados. Esta vez fue el turno del Sr. Harker, titular de la Fed de Filadelfia, quien dejó en claro que el banco central no avanzó lo suficiente en los aumentos de tasa de interés, que se mantiene muy alta, y que dicha tasa finalizará 2022 por encima del 4%.
Nada de esto es novedad. Tampoco lo es que los datos costo de energía ofrecen cifras negativas desde hace varios meses, y que ahora la inflación apenas los balancea con los meses de aumentos más importantes del petróleo y el gas. Cuando dichos meses desaparezcan de la medición, alrededor de abril de 2023, el costo de vida en su medición general caerá violentamente, casi con seguridad a mayor velocidad de la que subió. Y si la actividad económica se desvanece, y hay motivos para pensar que así será, la inflación subyacente también caerá.
Lo cierto es que estamos en octubre de 2022, y los mensajes de la Fed, aunque descontados, siguen impactando en los mercados. Después de un inicio tibio, la bolsa de Nueva York recuperó terreno, para perderlo apenas conocidas las declaraciones de Harker (¿alguien las conocía de antemano?)
Las monedas líderes se movieron, y lo siguen haciendo en el horario asiático del viernes, con una amplitud de precios poco común. El yen vuelve a tocar mínimos de mediados de 1990, al compás del aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que llegaron (los de 2 años) al 4.62% el jueves en el cierre de la sesión americana. Cabe acotar que en el 4.75% aparece una firme resistencia, que puede generar un rebote de buen tenor. Lo mismo podría pasar, a favor del yen, si el Banco de Japón interviene en el tipo de cambio, algo que está haciendo en forma intermitente, pero no de manera decisiva.
Poco podrá hacer igualmente el BoJ si los rendimientos siguen muy altos. Pero sí podría acudir a otros medios para frenar la devaluación del yen, como una medida conjunta con otros bancos centrales. El agravamiento de la guerra entre Ucrania y Rusia también puede pesar en este caso. En febrero de este año, una semana antes de la invasión rusa a Ucrania, el yen se apreció más de 150 puntos en pocos minutos ante las versiones de que la invasión efectivamente se había producido.
El euro y la libra esterlina se alejaron momentáneamente de sus mínimos más importantes del año, aunque ya vuelven a apuntar a la baja en las primeras horas del viernes. La formación de hombro cabeza hombro en el par EUR/USD es significativa, y más que visible. Su cumplimiento acercará al euro a 0.9600, siendo 0.9532 su mínimo de 20 años.
La crisis política de Reino Unido, con la salida de la líder Liz Truss no tuvo efectos en la libra esterlina. Más bien se lo podría tomar como un alivio, siendo que en su corto período (el más corto de la historia), Truss logró algo impensado: que la libra haya prácticamente tocado la paridad ante el dólar, todo un mensaje en sí mismo por parte de los mercados, que suelen actuar en forma coordinada cuando se ponen de mal humor. La elección de un nuevo primer ministro saldrá del partido gobernante en los próximos días, y quien sea elegido deberá cuidar muy bien sus planes económicos, para evitar una nueva debacle de la tradicional moneda.
El calendario de noticias no tiene datos atractivos este viernes, aunque sí tiene el discurso de John Williams, el vicepresidente de la Fed. Dado que estos funcionarios están moviendo los mercados en forma decisiva, bueno será tomar en cuenta su alocución, a partir de las 9:10 del este. Si espera que Williams diga algo distinto a sus colegas, no lo escuche. Y si espera que el dólar caiga después de su discurso, no opere.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College