La aseguradora Línea Directa ha perdido la categoría de cotizada de 1.000 millones de euros por capitalización.
Por Darío García (XTB)
Línea Directa acumula ya una caída superior al 46% desde su debut en bolsa. Y no parece que la tendencia vaya a revertirse a medio plazo. Esto se suma a que la aseguradora proyecta unos menores beneficios en 2022, a razón de un 25% menos que en el año anterior, con una partida de previsiones que se ha incrementado hasta los 83 millones de euros.
Por si fuera poco, también ha perdido la categoría de cotizada de 1.000 millones de euros por capitalización, algo que le sitúa en el punto de mira del comité ejecutivo del Ibex35 a la hora de revisar la composición del selectivo. La deja como una de las descartadas a ser considerada “elegible” para subir de categoría.
Sin embargo, y a pesar de que la tendencia principal de la cotización no parece que vaya a cambiar, nos ofrece un patrón de comportamiento donde se pueden identificar los momentos de agotamiento, tanto en las correcciones como en los impulsos de recuperación.
Lógicamente hablamos de una posibilidad con alto riesgo. Sin embargo, y a diferencia de la mayoría de cotizadas españolas que se encuentran en zonas de resistencia, Linea Directa ofrece un soporte y, por lo tanto, una oportunidad.
Con la media simple de 45 periodos, podemos observar un patrón de envolvente bajista, suponiendo una resistencia dinámica que viene acompañando la cotización desde febrero de 2022 (elipses amarillas). Por lo tanto, será esta media el indicador de cierre de la posición (elipse lila), adquirida previamente en el mercado.
El límite de pérdidas, o stop loss, se sitúa ligeramente por debajo del mínimo anterior, en los 0,87 euros por acción.