Una intensa jornada vivió el martes el mercado de divisas, con idas y vueltas permanentes en los pares principales, y con una intervención moderada del Banco de Japón, que en forma efímera alejó al yen de sus mínimos de junio de 1990.
Este tipo de intervenciones, como se ha mencionado en varias oportunidades, tiene poco valor práctico, y tan solo sirven para marcar el paso (o al menos la intención) del banco central de evitar que la moneda local se siga devaluando. Esta vez no fue la excepción, y luego de recuperar más de 150 puntos, el yen siguió su camino bajista a 149.25, valor actual del par USD/JPY.
Claramente, la caída del yen está vinculada al alza de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los de 2 años alcanzaron la semana pasada 4.43%, un nivel que no tocaban desde junio de 2007, y pese a que cedieron en los primeros días de esta semana, el yen no logra reaccionar.
Técnicamente, los rendimientos pueden extenderse al 4.74%, donde encontrarán firme resistencia en el 161.8% de retroceso de la baja anterior, proveniente de los máximos de octubre de 2018 hasta los mínimos de noviembre de 2020. Desde allí podría esperarse una corrección, que a su vez puede coincidir con la llegada del yen a 150.00, un nivel que no toca desde hace más de 32 años.
El euro y la libra esterlina se mueven en forma cautelosa, sin caer, pero sin ofrecer movimientos alcistas sustentables. El dólar parece prepararse para un nuevo rally, que probablemente se acelerará con el paso de los días, a la espera de la reunión de política monetaria de la Fed.
El euro no encuentra incentivos para salir de su incómoda posición debajo de la paridad, pese a que el Banco Central Europeo ha anunciado nuevos aumentos de tasa de interés, el próximo de los cuales tendrá lugar el jueves 27 de octubre.
La libra esterlina, en tanto, está lejos de sus mínimos históricos del 26 de septiembre en 1.0305, aunque permanece en peligro de visitar tal zona. La divisa británica se debate entre la crisis financiera y política local, mientras el gobierno de Liz Truss intenta escapar del peligro de destitución. La crisis energética, que a la vez afecta a toda Europa, no tiene el mejor de los horizontes, aunque la baja significativa del petróleo y del gas natural pueden atenuar la misma. Por otra parte, el agravamiento diario de la guerra en Ucrania, con amenazas constantes de ataques nucleares desde Moscú, no ayuda a ninguna de las dos monedas.
La libra tendrá este miércoles a las 3.00 del este una prueba, con los datos de inflación de Reino Unido de septiembre. Sobre los mismos, se espera que el costo de vida, tanto en su índice general como en el subyacente hayan crecido, después de un mes de baja como fue agosto. Si los pronósticos se cumplen, el Banco de Inglaterra no tendrá más alternativa que seguir aumentando la tasa de interés en sus próximas reuniones, algo que ha venido haciendo, en forma pausada, desde noviembre de 2021. Todo esto podría favorecer a la libra, aunque técnicamente aún no tiene mucho para ofrecer.
En otro orden, la bolsa de Nueva York volvió a crecer el martes. Los índices principales ofrecen señales moderadamente alcistas en los gráficos diarios (las del Dow Jones, con un doble suelo muy marcado parecen ser las más significativas), aunque los aumentos de tasa de la Fed están a la vuelta de la esquina. Las correcciones anteriores, en especial la de julio, terminaron con caídas posteriores muy duras.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College