Después de la turbulenta semana que pasó, la que comienza promete ofrecer movimientos de gran volatilidad en los pares principales de divisas. Los datos de inflación de Estados Unidos profundizaron las percepciones de los mercados, que descuentan nuevos aumentos de tipos de interés por parte de la Fed, el primero de ellos el 2 de noviembre, y el segundo a mediados de diciembre.
Sobre el particular, van cambiando las estimaciones en cuanto al tenor de los aumentos. Hasta hace poco tiempo se esperaban dos aumentos del 0.5%; sin embargo, los datos de empleo y inflación de septiembre cambiaron las perspectivas, y ahora se espera que, como mínimo, el banco central aumente un 0.75% en noviembre y 0.5% en diciembre. Esta medida dejaría a la tasa en su mayor nivel desde 2008.
La Fed busca a como de lugar bajar una inflación persistentemente alta. Pese a que hubo algún retroceso, la inflación subyacente, que en principio está vinculada a la política monetaria local, volvió a crecer en agosto y septiembre, con un alza significativa del dólar en todos los frentes.
La libra esterlina abrió la semana con un gap al alza. El gobierno de Mary Truss está tratando de sobrevivir, pese a que lleva muy poco tiempo desde que reemplazó a Boris Johnson. El anuncio del plan de recorte de impuestos hecho 3 semanas atrás generó una caída histórica de la moneda británica a 1.0305. Distintas presentaciones de Truss, la desvinculación de diversos funcionarios y las conferencias de Andrew Bailey, titular del Banco de Inglaterra, intentan estabilizar a una economía martirizada por diversos factores, el más grave de los cuales es la crisis energética que azota a toda Europa.
Es altamente probable que la libra vuelva a caer en los próximos días, y que profundice su baja con los anuncios de la Fed.
Respecto al euro, no termina de conformar una pausa en su caída, y todo apunta a que siga con rumbo bajista en los próximos días. Por ahora, la moneda única está relativamente lejos de sus mínimos de 20 años en 0.9532, pero se trata de un soporte débil en el corto plazo.
En cuanto al yen, tocó el viernes nuevos mínimos desde 1990, rozando 149.00. Las expectativas de intervención por parte del Banco de Japón se van diluyendo, ante la baja de gran tenor del euro y la libra, que dejan en un plano prácticamente de igualdad al yen respecto a las otras monedas líderes.
También el oro se ve debilitado, y apuntando a sus mínimos del año en 1615 dólares. No parece, al menos por ahora, que vaya mucho más allá de ese nivel, aunque es claro que las materias primas no tendrán horas fáciles por delante. La plata sigue los pasos de la onza, y el platino apenas logra hacer pie, reduciendo la brecha con el oro.
La bolsa de Nueva York cayó el viernes después de los datos de ventas minoristas de septiembre, retomando su tendencia bajista que insólitamente había entrado en una pausa el jueves. El mismo rumbo podría seguir durante las próximas sesiones.
Así las cosas, el dólar se prepara para un nuevo rally semanal, mientras los mercados ya comienzan a palpitar las próximas medidas de la Fed.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College