La del oro se está convirtiendo en una historia cada vez más predecible.
Cada vez que la Reserva Federal sube los tipos de interés, se produce un relámpago que potencia las posiciones en largo en el dólar y el rendimiento de los bonos y toma el pelo a los que tienen oro. A continuación, se augura una leve recuperación de los precios del metal precioso durante las tres próximas semanas, a la espera de más señales sobre la inflación por parte del índice de precios al consumo (IPC). Una vez que tengamos esa lectura, la Fed estará de vuelta en otras tres semanas: Es hora de volver a vender oro.
Este «vender, comprar, vender» ha sido un “enjuague y repita” del comercio con oro desde que comenzaron las subidas de tipos de la Fed de la era postpandemia en marzo.
En el momento en que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del banco central concluye una reunión, comienza la pesadilla para los adeptos del oro: ¿Qué traerá la siguiente en cuanto a tipos? ¿75 puntos básicos o 50? O, Dios no lo quiera, ¿tendremos una subida de 100 puntos básicos en un futuro próximo?
Gráficos de SKCharting.com, con datos de Investing.com
La ironía es que las decisiones del FOMC no están haciendo lo que se supone que deben hacer por el oro, al menos en teoría.
Dado que el oro se considera un activo de cobertura contra la inflación, las subidas de los tipos de interés deberían dar un impulso considerable a los precios del metal.
Sin embargo, aquéllos posicionados en largo en el oro sufren con cada subida de tipos, ya que el dólar se afianza cada vez más como rey de los activos tras la pandemia, registrando repetidamente en septiembre máximos de 20 años para convertirse en refugio por excelencia a costa del oro.
Entre una subida de la Fed y otra, se crea una brecha de 100 dólares o más entre los máximos y los mínimos del oro. Los compradores entran en el período intermedio antes del próximo IPC. Pero rara vez la recuperación neta del oro supera los 50 dólares cada vez, gracias a la volatilidad creada en gran parte por los discursos de los responsables de la política monetaria de la Fed, cuya único cometido parece ser el de abrir un agujero lo suficientemente grande en el mercado laboral y en la demanda de los consumidores como para frenar la inflación de forma significativa.
Oficialmente, la Fed niega querer una recesión. Pero el megáfono que maneja ahoga cualquier discurso contrario de los optimistas económicos, catapultando al dólar y el rendimiento de los bonos por los aires mientras envía al oro al abismo.
Y cada uno de estos ciclos está acercando al oro al nivel de soporte crítico de 1.560 dólares, según muestran los gráficos.
La última decisión del FOMC —que subió los tipos en 75 puntos básicos por tercera vez consecutiva— fue el 21 de septiembre.
El próximo informe del IPC, que detalla la inflación de septiembre, se publicará el jueves 13 de octubre.
El banco central tiene previsto tomar una nueva decisión sobre los tipos de interés el 2 de noviembre —casi tres semanas después— y se apuesta (sin sorpresa ninguna, por supuesto) por otros 75 puntos básicos.
Los mercados laborales estadunidenses están muy ajustados y la inflación se esfuerza por bajar, así que es probable que los responsables de la política monetaria sigan adelante con sus planes de elevar los costes de los préstamos a un nivel suficientemente restrictivo en los próximos meses, coincide el estratega del oro Diego Colman en una entrada de blog publicada el lunes. Y añade:
«El reciente discurso de la Fed también sugiere que los tipos se mantendrán en niveles elevados durante más tiempo, descartando un pivote prematuro en 2023».
«El fantasma de un ciclo de subidas agresivas debería impulsar los rendimientos reales, manteniendo el dólar estadounidense —que ya se encuentra cerca de máximos de varias décadas— inclinado hacia una mayor apreciación. En este entorno, los metales preciosos ofrecerán un rendimiento inferior, lo que aumenta la probabilidad de más pérdidas tanto para el oro como para la plata”.
Se prevé que el IPC general de septiembre suba un 0,2% en términos mensuales y un 8,1% interanual. El indicador del IPC subyacente, del que se excluyen los volátiles costes de los alimentos y la energía, y que la Reserva Federal sigue especialmente de cerca, se sitúa en el 0,5% intermensual, y se prevé que la tasa anual se acelere del 6,3% al 6,5%, igualando los máximos del ciclo en marzo.
Colman añade: «Cualquier sorpresa al alza del IPC debería ser negativa para los precios del oro, en la medida en que debería llevar a una reevaluación de la trayectoria de subidas de tipos de la Fed. Aunque el metal precioso suele considerarse una buena cobertura contra la inflación, esa teoría sólo se aplica a intervalos temporales muy largos. En horizontes temporales cortos, el rendimiento de los bonos y los movimientos del dólar deberían ser más importantes para los metales preciosos, como se muestra en el siguiente gráfico”.
Entonces, ¿hasta dónde podría llegar el oro, al menos técnicamente, en las próximas tres semanas?
Los mejores indicadores proceden del índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras cinco divisas principales. El lunes, el índice subía por cuarta jornada consecutiva, registrando máximos de 113,27.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años es otro de los factores que impulsan al dólar. Los niveles de rendimiento alcanzaron máximos de 10 días, justo por encima de 4,0.
Sunil Kumar Dixit, estratega técnico jefe de SKCharting.com, afirma:
«Teniendo en cuenta que el índice dólar atrae a los compradores hacia el nivel de 110, llevándolo a 113,45 en los últimos cinco días, las señales indican que volverá a visitar el nivel de 114 y de 114,75».
«Esta recuperación del dólar también está provocando un repunte del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, y una cosa tira de la otra».
Dixit, que hace un seguimiento del precio al contado del lingote de oro, dice que, aunque la tendencia del oro a corto plazo es bajista, pueden observarse picos alcistas esporádicos para volver a probar el nivel de resistencia de 1.673 y 1.686 dólares. Y añade:
«Situarse por debajo de 1.660 dólares hace parecer vulnerable al oro, lo que hace que la caída inmediata de 1.650 dólares a 1.640 dólares se amplíe probablemente hasta 1.630 y 1.616 dólares».
«El rango a corto plazo está marcado por un nivel de resistencia de 1.710-1.730 dólares y un nivel de soporte de 1.616 dólares, que está controlado por la reacción hasta el rango medio de 1.660-1.670 dólares».
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan utiliza una serie de puntos de vista aparte del suyo para aportar diversidad a su análisis de cualquier mercado En pos de la neutralidad, presenta opiniones contrarias y variables de mercado. No tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.
Ismael De La Cruz/Investing.com
Artículos publicados con la autorización de Investing.com. Por favor, consulte importantes advertencias de riesgo y legales.