Una sesión intensa se vivió el miércoles en el mercado de divisas. Después de una fuerte baja, el dólar recuperó parte de lo que había cedido en los últimos días, con el euro nuevamente lejos de 1 a 1, aunque sin caer en forma contundente. La libra esterlina, que rozó 1.1500 a primera hora, volvió sobre sus pasos a su manera, con una gran amplitud, perdiendo por momentos la cota de 1.1300, sobre la cual terminó el día. El yen, en tanto, se mantiene sin cambios importantes, pendiente de los rendimientos de los bonos del Tesoro, pero también de posibles intervenciones por parte del Banco de Japón.
La bolsa de Nueva York reaccionó a la baja apenas iniciada la sesión, cuando el ISM de servicios, que abarca más del 80% del PBI de Estados Unidos, quedó en 56 puntos, por encima de lo esperado. Una vez más el divorcio entre la bolsa y la economía se torna evidente. A mejores datos le corresponde una caída de las acciones, ante la presunción de que la Fed seguirá con las restricciones de fondos a través de la venta de bonos, y elevando la tasa de interés en cuanta oportunidad tenga.
Justamente, la idea de que la Fed podría de alguna forma suavizar esta política monetaria dura que se autoimpuso en marzo pasado, viene de la mano de ciertos desacuerdos entre los miembros del Comité de Política Monetaria (FOMC), alguno de los cuales ya comienzan a verse más moderados en sus declaraciones. Claro que no todos piensan así, y son mayoría los que creen que la tasa debe superar el 4% pronto, aún cuando la inflación supera el 8%, y no alcanza para bajarla.
Los mercados comienzan ahora a palpitar los datos de empleo de septiembre, que se conocerán el viernes por la mañana. Allí es donde estará la verdadera clave de la semana, ya sobre el final de la misma. Por supuesto, a un buen dato de empleos le seguirá un alza del dólar, pero ¿se cumplirán finalmente estos pronósticos, o ya comienzan los problemas en la variable que la Fed más valora y defiende?
En otro orden, la OPEP +Rusia llegó a un acuerdo para reducir en dos millones de barriles diarios la producción de petróleo, lo cual generó, naturalmente, un alza de la materia prima, que cerró la sesión de la víspera por encima de los 87 dólares en los futuros del WTI. El petróleo cayó en las últimas semanas a mínimos que no tocaba desde enero pasado, bastante antes del inicio de la guerra en Ucrania.
En la memoria de los consumidores quedó la llegada del petróleo a máximos de 15 años, pero nada se dice de la baja posterior. Los futuros del WTI cayeron de los 80 dólares pocos días atrás, ante la embestida del dólar, y la presunción de que una recesión global podría frenar la demanda de manera decisiva. Este recorte por parte de la OPEP ayudará a mantener competitivo al petróleo en los próximos tiempos, aunque no parece suficiente para llevarlo cerca de los 100 dólares. En la misma línea, Rusia anunció que retoma el envío de gas a Italia, un gesto de buena voluntad que descomprime a la materia prima, que sigue cotizando debajo de los 7 dólares.
El oro, que había superado los 1730 dólares a primera hora, volvió a caer, si bien se mantiene por encima de los 1700 dólares, lo cual no es poco para un activo que había caído apenas unos días antes a sus mínimos de dos años.
El dólar se posiciona en buena forma para la sesión del jueves. Si bien no parece tener la fuerza necesaria para llevar al euro y a la libra esterlina a nuevos mínimos (al menos por ahora), sí podría continuar escalando posiciones, en una sesión que no parece ser la más atractiva, pero que tendrá en la apertura de la bolsa de Nueva York su hito principal.
Adrián Aquaro
Trader College