Si estas líneas tuvieran la pretensión de atender el minuto a minuto del mercado, se perderían rápidamente en el intento. Cuando Usted las lea, los precios de las divisas principales serán radicalmente distintos a los que tienen ahora, mientras seguimos, justamente minuto a minuto, el desplome de la libra esterlina, del euro y del yen, que después de algunos días de paz vuelve a caer como si recién se iniciara en su tendencia bajista.
Lo que estamos viendo en estos días en los mercados no tiene antecedentes en mucho tiempo. El inicio de la pandemia, en marzo de 2020 es, tal vez, el antecedente más inmediato, pero también el más justificado. En febrero de 2018, un dato de empleos con ganancias por hora mayores a lo esperado generó un desplome momentáneo de la bolsa de Nueva York, en tanto en 2015 la explosión de una burbuja en la bolsa de Shanghai tuvo un efecto fuerte, pero efímero.
En 2011, y en dos oportunidades, el yen sufrió el ataque del mercado, pero a su favor. La crisis financiera de 2008 todavía estaba presente, y la moneda nipona recién cedió después de llegar a 75.55 en la última parte de ese caótico año. Antes, en marzo, y a posteriori del tsunami que arrasó con parte de la costa de Japón, el par USD/JPY cayó 450 puntos en un minuto, para regresar a la misma velocidad.
Más atrás en el tiempo, en mayo de 2010, las leyes regulatorias de los mercados impuestas por el presidente Obama generaron una nunca bien explicada “falla de sistema” en el NYSE, con una caída del 10% en pocos minutos, que obligó a la suspensión de la rueda bursátil.
La crisis financiera de 2008 fue tal vez más grave que la actual. Pero también más previsible. Las tasas al 1% durante un tiempo prolongado de Alan Greenspan, más una regulación casi inexistente, dieron pie a la crisis de las hipotecas, que explotó en septiembre de ese año, con la caída de Lehman Brothers. El mundo financiero nunca fue el mismo desde entonces.
La crisis actual solo refleja como se desinfla la enorme burbuja que la Fed creó en 2009, con los planes de estímulo de entonces, mucho más modestos que los de 2020 a la fecha. Con tasas en cero durante más de 5 años, más la inyección constante de dinero, a la Fed y a otros bancos centrales la situación se le tornó cómoda. Dólar barato, de bajo costo, empleos por doquier y alto consumo. Las acciones llegaron una y otra vez a máximos históricos, costumbre que solo era quebrada por alguna turbulencia muy menor, a modo de toma de beneficios.
Desde ese punto de vista, solo hace falta mirar los gráficos de cualquier índice de Nueva York en temporalidad semanal. Después de superar máximos históricos en noviembre de 2020, con medio mundo bloqueado por la pandemia, las acciones siguieron subiendo sin parar hasta enero de 2022, cuando repentinamente la Fed descubrió que la inflación no era un “fenómeno transitorio”, como tanto le gustaba decir a Jerome Powell, su presidente.
Los índices se encuentran ahora mismo en los mismos niveles de hace 21 meses, de modo que perdieron lo que ganaron artificialmente en todo este período. Como suele decirse, con dinero, cualquiera hace negocios.
La situación de las monedas principales es distinta. No hay motivos, desde lo fundamental, para explicar que el euro se ubique 5 centavos debajo de la paridad, o que la libra esté a punto de llegar a la misma, como ya estuvo el lunes en horario asiático.
Queda ciertamente elegante explicar los motivos: planes de recorte de impuestos, alta inflación, etc. Pero solo se trata de una maniobra de bancos. Estos reaccionaron con furia a los anuncios del gobierno de Trass en Reino Unido, y a los anuncios tardíos del BCE, donde siempre pasa algo para actuar a tiempo.
Lo que hizo el Banco de Japón con su anuncio de política monetaria raya en lo absurdo. Dos horas después de avisar que dejaría la tasa de interés en negativo durante mucho tiempo, intervino el tipo de cambio. Lo llamativo es que se trata de entidades líderes, que deberían velar por la estabilidad de sus respectivas monedas. Es evidente que no lo hacen.
¿Cuándo volverá la normalidad? Va a tardar. No busque en la inflación ni en las chances de recesión el motivo del actual caos. Todo volverá a la normalidad cuando la falta de dólares se naturalice. Tarea de largo alcance, después de 15 años de mano suelta de la Fed.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
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