Si bien las noticias más importantes de la semana podrían ser los aumentos de tipos de interés de varios bancos centrales, la atención se la lleva el único de ellos que no hizo cambios en los mismos, que es el Banco de Japón.
A primera hora del jueves, la entidad que lidera Haruhiko Kuroda anunció que mantendrá la tasa de interés en los niveles actuales (-0.1%) por un tiempo prolongado, generando una caída masiva del yen, que se devaluó a un nuevo mínimo de 24 años en 145.90. Dos horas después el BoJ anunció una intervención en el mercado del yen, lo cual provocó una reacción positiva de la moneda nipona de más de 550 puntos.
Queda algún comentario por hacer al respecto. El primero es que la intervención ya había sido anunciada por varios medios locales la semana pasada, limitando desde entonces la caída del yen. El segundo es que llama la atención que la intervención haya sido realizada en respuesta a la devaluación de la moneda japonesa producto de los anuncios de política monetaria del BoJ, como si la misma hubiera sido sorpresiva, con un banco central yendo a contramano del resto. En cualquier caso, lo que debió hacer si buscaba no general el descalabro que durante todo el día reinó en los pares del yen es haber anunciado la tasa baja y la intervención en forma simultánea.
Por último, el silencio de los demás bancos centrales -hubo algún comentario tibio en la Fed- hace pensar que el BoJ puede devaluar las veces que lo considere necesario, lo cual puede mantener al yen en una suerte de limbo durante un tiempo prolongado.
Esto es, si un inversor no vende yenes porque sabe que el banco central puede intervenir sin aviso, pero tampoco los compra porque la devaluación no tiene tanto que ver con la economía nipona como con los rendimientos en máximos de 15 años de los bonos del Tesoro de corto plazo (variable totalmente fuera del control de Kuroda y su gente), el yen se moverá solo por el comportamiento del dólar, y este por el momento no da el brazo a torcer en ningún frente.
Claro que esta acción del BoJ fue posterior al alza de tipos de la Fed, que promete seguir endureciendo su política monetaria en los próximos meses. El dólar se ve indomable, y el euro con un mínimo de 20 años en 0.9805 y la libra esterlina en mínimos de 37 años dan muestra de ello.
Es claro que el dólar sigue muy fuerte, pero también (y esto lo dice la teoría de Dow) ninguna tendencia tiene un alcance indefinido en el tiempo. La verticalidad de los movimientos bajistas de las monedas europeas llama la atención por la virulencia con la que las divisas caen, aunque sus respectivos niveles de sobreventa parecen ponerle un pronto límite a sus caídas.
La sesión del viernes trae una agenda repleta de informes clave. Tanto en Reino Unido, como en Alemania y Estados Unidos, las estimaciones de los sectores manufacturero y de servicios quedarán debajo de los 50 puntos, entrando en territorio de contracción de ambos sectores. Ello puede acarrear una baja adicional de las divisas del viejo continente, pero también del dólar, algo más tarde.
La bolsa de Nueva York, que sufrió otra dura caída el jueves, como efecto directo de las medidas de la Fed, también tendrá protagonismo en la sesión americana, cerrando el calendario el presidente de la Fed, Sr. Powell, a las 2:00 pm del este.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College