Pese a que la sesión del lunes no presentó variaciones importantes durante gran parte del día, los índices bursátiles de la bolsa de Nueva York finalizaron el día con ganancias, marcando una fuerte recuperación respecto a los cierres anteriores.
A su vez, el dólar cedió posiciones ante las monedas principales, en especial ante la libra esterlina, contra la cual había llegado a máximos de 37 años la semana pasada. Este lunes se detuvo justo antes de quebrarlos, y la moneda británica logró cerrar con ciertas ganancias.
El euro también logró mantenerse al cabo de la sesión por encima de la paridad, a pesar de haber permanecido debajo de la misma durante buena parte del día. El oro no quedó ajeno a estos movimientos, y si bien se encuentra lejos de quebrar su dinámica bajista de corto plazo, al menos se alejó de sus mínimos de la semana anterior.
¿Cambió acaso el clima de negocios? ¿Se espera un discurso moderado de la Fed el miércoles? ¿Hay indicios de que la recesión se aleja? Nada de eso. Se trata de un pequeño descanso, que puede extenderse a este martes, típico de los días previos a una acción fuerte como la que tomará la Fed en apenas 48 horas, cuando anuncie, como mínimo, que aumenta la tasa en un 0.75% nuevamente, tal como lo hiciera en junio, y como máximo en un 1%.
Las chances de que esto último suceda se han ido apagando con el paso de los días. Los datos de inflación y ventas minoristas de agosto fueron un hito en sí mismos, que siguió al dato de empleos y al discurso de Jerome Powell, titular de la Fed, en Jackson Hole. En cada oportunidad el dólar aprovechó para tomar fuerza, ante la suposición de que el banco central seguirá endureciendo su postura, a despecho de la caída en la actividad económica, y de muy posibles problemas en el mercado laboral, que es la variable que la Fed más valora, y que por ahora no ha sufrido.
No hay motivos para pensar en una caída fuerte del dólar, salvo dos circunstancias poco probables: que la Fed eleve la tasa en menos de un 0.75%, y que el discurso posterior de Powell sea muy moderado. Al revés de lo que hizo durante su primer mandato, Powell se mostró duro en sus declaraciones, obviando que fue el propio banco central, inyectando 120 mil millones de dólares por mes en la economía, el que generó la inflación actual. Su postura actual parece sensata, aunque tardía. Esto se pudo haber evitado procediendo como lo hizo, por ejemplo, el Banco de Inglaterra.
Mientras todo esto sucede, el petróleo no logra levantar cabeza, y cotiza debajo de los 85 dólares, y el gas natural comienza a dar signos expresos de debilidad. Si las medidas que está tomando Europa para neutralizar los efectos del corte de suministro de Rusia surten efecto, y la crisis energética es más moderada de lo esperado, el euro y la libra esterlina tendrán un buen futuro por delante. Sobre todo en momentos en que sus respectivos bancos centrales se encuentran en una senda apenas menos agresiva que la Fed.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College