La semana que se inicia es, desde el punto de vista de los eventos a publicarse, una de las más importantes del año. Con excepción del Banco Central Europeo, que hace poco menos de dos semanas elevó la tasa de interés en un 0.75% (una medida inédita en la corta historia de la entidad) esta semana tenemos los anuncios de la Fed el miércoles, del Banco de Japón el jueves y el mismo día, algo más tarde, del Banco de Inglaterra.
La situación de los tres bancos centrales difiere entre sí. Desde ya, los mercados aguardan con mayor ansiedad los anuncios de la Fed, que es el banco central más importante del mundo, y que de alguna manera marca el camino de gran parte de las demás instituciones colegas.
Los datos de inflación de agosto, conocidos el martes pasado, le dieron al dólar una fuerza inusitada, que acercó al euro nuevamente a mínimos de 20 años, al yen de 24 y a la libra sin escalas a mínimos de 37 años. Las ventas minoristas crecieron menos de lo esperado y que la inflación, pero confirmaron el camino que tomará la Fed: un aumento fuerte de tipos de interés, que oscilará entre el 0.75 y el 1%. Las chances de que esto último ocurra han ido creciendo con el paso de los días.
Respecto al Banco de Japón, la reunión del jueves será especialmente importante. Durante la semana pasada trascendió que varios funcionarios de la entidad piensan intervenir el tipo de cambio del yen, muy devaluado. El efecto de esta medida podría ser efímero, dado que la caída del yen responde directamente al aumento a máximos de 15 años de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 2 años. Por lo tanto, si el BoJ interviene, poco le durará la fortaleza al yen en tanto los rendimientos no caigan. Y no lo harán si la Fed mantiene una política monetaria dura por un tiempo más.
En cuanto al Banco de Inglaterra, continuará con su política de aumentos progresivos de tasa de interés, que inició en noviembre pasado. El BoE podría llevar la tasa al 2.25% desde el 1.75% actual, acercando diferencias con la Fed, que probablemente hará lo propio unas horas antes.
El BoE se ve obligado a tomar esta medida por una inflación que está demasiado lejos del objetivo del 2%, pero lo hará a regañadientes, en medio de una caída generalizada de la actividad económica, y con una probable recesión en puerta.
Con este especial contexto se inicia la semana, después de una fuerte baja de la bolsa de Nueva York, que terminó el viernes recortando algunas pérdidas, pero inaugurando un camino bajista, que habrá que ver cuan sustentable es.
Sin dudas, la reunión de la Fed de este miércoles, además de marcar el camino del dólar, tendrá un efecto de largo plazo. De allí es que esperamos dos días (lunes y martes) con oscilaciones de precios mucho más limitadas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College