Los datos de empleo de Estados Unidos de agosto resultaron mixtos, con un aumento de las nóminas respecto a los pronósticos, pero también con un aumento de la tasa de desempleo, al 3.7%, frente al 3.5% esperado.
El informe generó un retroceso del dólar en todos los frentes. Sin embargo, los anuncios provenientes de Rusia acerca del cierre de los gasoductos que proveen gas a Europa Occidental generaron una caída importante en Wall Street y, por añadidura, un crecimiento del dólar, que terminó la semana con ganancias importantes ante la libra esterlina y el yen.
El euro estuvo a punto de quebrar sus propios mínimos de 20 años el viernes. Sin embargo, la moneda única logró mantenerse a flote, ante una semana importante para su futuro. El jueves, en uno de los eventos más importantes del mes, el Banco Central Europeo aumentará la tasa de interés, en una medida que oscila entre el 0.5 y el 0.75%.
El BCE ha sido, desde muchos años a la fecha, el banco central que más conservador se mantuvo pese a las oscilaciones de la inflación y el crecimiento de la economía. Después de 11 años, la entidad elevó la tasa de interés en un 0.5%, algo que no había sucedido antes, al menos mientras el euro es moneda de curso legal. Si había habido un aumento similar en el año 2000. Pero nunca en un 0.75%.
La expectativa de que esto finalmente ocurra mantiene cierta expectativa sobre el euro, que ha perdido terreno aceleradamente desde el inicio de la guerra en Ucrania, cuando cotizaba por encima de 1.1300. Las continuas amenazas de Rusia sobre la parte occidental del continente, sobre todo en cuanto a la provisión de materias primas y alimentos (que finalmente se llevaron a cabo), junto con una inflación récord de varias décadas y una recesión que se acerca han generado un debilitamiento importante de la moneda única.
La libra esterlina terminó la semana cerca de sus propios mínimos de 2 años y medio que tocó la semana pasada. Al igual que el euro, la moneda británica se ve afectada por la crisis económica y política en Reino Unido. Agregado a ello, el Brexit comienza a surtir finalmente efecto sobre las islas británicas.
El yen, por su parte, sufre el embate de los rendimientos de los bonos del Tesoro de 2 y 10 años, que siguen creciendo a la par de la venta de bonos por parte de la Fed. Por el momento, poco puede hacer la moneda nipona para revertir su caída, lo cual podría tener lugar desde el mes próximo.
Este lunes, el festivo en Estados Unidos (donde se celebra el Día del Trabajo) limitará los movimientos del mercado en horario americano casi por completo. De todos modos, habrá actividad normal en la sesión asiática y europea, y en los últimos tiempos los movimientos en sus respectivos horarios han tomado un volumen que hacía años no se veía.
La agenda de la semana incluye además las decisiones de política monetaria del Banco de Australia, el martes a la mañana y del Banco de Canadá, prevista para el miércoles. Además, el ISM de servicios puede ser un disparador importante para el dólar, en un informe que se conocerá el martes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
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