A esta altura, nada debería llamar la atención. Y sin embargo, ante los datos de confianza del consumidor y de vacantes laborales conocidos el martes, no deja de sorprender la sobre reacción de los mercados, que premiaron al dólar como si se tratara del mejor informe de empleos de la historia, o como si la tasa de interés hubiera sido incrementada sin aviso.
Es verdad que cuando una moneda está en estado de gracia, no hay datos que la frenen. Aún cuando las cifras queden por debajo de lo esperado, y a veces, hasta con resultados opuestos a los esperados. Esta vez, la confianza del consumidor, medida por el Conference Board, quedó bastante arriba de lo que marcaban los pronósticos, en tanto la cantidad de vacantes laborales ofreció una cifra superior a los 11 millones, bastante por encima de lo esperado.
Ante las buenas noticias, la bolsa, invariablemente, se desploma. Buenas razones tiene, ante la presunción de que la Fed va a elevar la tasa de interés en septiembre, algo que ya afirmó el presidente Jerome Powell en la última reunión de política monetaria, que confirmaron diversos funcionarios del Comité (Daly, Bullard, Cesar), y que super confirmó de nuevo Powell el viernes pasado en Jackson Hole.
El dólar estira al máximo su rally, hasta terminar de convencer a los últimos bajistas de que seguirá creciendo. Cuando ello suceda (baja del volumen de compra de cualquier otro activo) será el día en que las noticias, tal vez de similar tenor a las actuales, dejen de darle impulso al billete, que invariablemente cambiará de dirección.
Por ahora ocurre todo lo contrario, y así la libra sigue llegando a mínimos de dos años y medio, el euro coquetea con sus propios mínimos de 20 años, y el yen con los de más de 26 años. El oro, algo más firme, no quebró el martes la zona de 1720.00 dólares, mínimos del lunes, y bastión importante de la tendencia alcista de largo plazo del metal precioso.
El gas natural ofrece algunas señales de que en el corto plazo podría caer, y bastante fuerte. En buena parte, ello dependerá de lo que pueda hacer Europa para paliar una crisis energética que se acerca junto con el invierno, lo cual afecta sustancialmente al euro. El Banco Central Europeo podría descontar bastantes pérdidas de la moneda única, aunque falta mucho aún, más de una semana, para que se muestre agresivo, a la manera de la Fed, actúe como debe, y eleve la tasa de interés en un 0.5%.
A la libra nadie la ayuda. La economía británica, mal. El panorama político, sin primer ministro designado. Se acerca una recesión. El combustible en máximos históricos. El BoE eleva la tasa de interés en cuanta oportunidad puede y la inflación apenas cede. Si el petróleo y el gas ceden, y lo están haciendo de a poco, la ayuda para la economía de Reino Unido será invalorable, y también para su moneda.
Los datos de manufactura y servicios en China inauguran la última sesión del mes, y le seguirán las cifras de empleos privados, a cargo de ADP, a media mañana en Estados Unidos. Después de una caída fenomenal, a la bolsa de Nueva York le queda menos para perder, sobre todo a algunos índices, como el S&P 500, que se encuentra en un fuerte soporte, similar al del Dow Jones.
Y así como decíamos, días atrás, que la bolsa y el dólar al alza juntos, es difícil que el dólar siga ganando con datos de segundo orden. Por ahora, solo por ahora, eso es lo que sucede.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College