Una de las maneras más seguras de asegurar nuestro capital y rentabilizar nuestra inversión es con el ladrillo. En efecto, invertir en el mercado inmobiliario resulta muy lucrativo, especialmente frente a un escenario inflacionario en el que las propiedades se revalorizan con el tiempo. Justamente por ello, conviene elegir una hipoteca antes de comprar utilizando los ahorros.
¿Por qué resulta tan conveniente invertir en el ladrillo?
Para la mayoría de las personas de ingreso medio, la inversión representa una gran opción para aumentar el patrimonio y acceder a una mejor calidad de vida. Sin embargo, también se trata de una actividad intimidante que puede resultar muy compleja para la persona sin experiencia. Esto además puede suponer un riesgo para su economía frente a un escenario inflacionario.
En este sentido, una de las mejores maneras de aprovechar el capital y aumentar el patrimonio es invirtiendo en el mercado inmobiliario. Se trata de uno de los mercados más seguros, especialmente para evitar la inflación: de hecho, frente a este tipo de circunstancias, el precio de los inmuebles suele aumentar.
Existen múltiples maneras de ingresar en este mercado, aunque debemos tener en cuenta que esto requiere una inversión mínima y, generalmente, recurrir a servicios financieros como la hipoteca a tipo variable: este tipo de instrumentos permite costear hasta el 80 % de una vivienda habitual, o hasta el 70 % de una segunda vivienda.
Se trata de una de las mejores opciones para invertir en ladrillo a largo plazo, obteniendo un bien cuyo valor aumenta de manera ininterrumpida y permite reducir el impacto de la inflación en el patrimonio. Asimismo, disponer de un bien mobiliario nos posibilita el acceso a servicios financieros como un préstamo hipotecario empleando dicho bien como garantía.
Compra de inmuebles para evitar la inflación
Invertir nuestro dinero en escenarios inflacionarios resulta aún más complejo que de costumbre. Para la mayoría de los mercados financieros, la inflación suele desalentar la participación y reducir el interés de los inversores por disponer de su capital. Sin embargo, con el mercado inmobiliario sucede todo lo contrario: el valor de los activos aumenta por sobre los niveles inflacionarios.
Los especialistas del sector advierten que la rentabilidad media para la inversión en bienes inmuebles supera valores históricos. Esto se debe a que la inflación produce un escenario en la que las autoridades en materia monetaria establecen tipos de interés negativos para aumentar la circulación del dinero.
Justamente por ello, resulta conveniente invertir en el mercado inmobiliario, ya que solicitar una hipoteca para comprar una vivienda o una segunda vivienda resulta muy económico bajo un tipo de interés negativo. Gracias a ello, las operaciones inmobiliarias aumentan y, por lo tanto, la demanda produce un incremento en el precio de los inmuebles.
En este sentido, elegir una hipoteca resulta mucho más conveniente que utilizar los propios ahorros para adquirir una propiedad: sin considerar la necesidad de disponer de la totalidad del capital necesario para costear el valor total de la propiedad, solicitar una hipoteca nos permite disponer de ese ahorro para otros propósitos y, al mismo tiempo, utilizar ese ahorro para pagar las cuotas de la hipoteca de manera paulatina mientras disponemos de una propiedad.
Consejos para una buena inversión
Si bien la mejor manera de acceder al mercado inmobiliario de manera exitosa es empleando una hipoteca, también existen otros métodos efectivos para obtener la máxima rentabilidad posible del capital. Las siguientes son las más convenientes para la persona de capital medio.
Empresas de desarrollo inmobiliario
Invertir en el mercado inmobiliario de manera directa no es la única opción para la persona promedio —aunque sí la más rentable—. En efecto, la persona puede elegir invertir en empresas de desarrollo inmobiliario. Se trata de una operación bursátil en la que se adquieren acciones de empresas de construcción para la vivienda, negocios u otros sectores del mercado.
Este tipo de instrumento de renta variable supone una inversión menor que puede servir para aprovechar el crecimiento urbano. Sin embargo, depende de las posibilidades y objetivos del inversor a corto, mediano y largo plazo establecer si resulta un método conveniente: la persona puede obtener una rentabilidad por el pago de dividendos —distribución de excedentes— o liquidando sus acciones cuando aumente su precio.
Fondos de inversión
Dentro del mercado financiero, los fondos de inversión son otro tipo de instrumento que permite obtener una rentabilidad a largo plazo y que resultan viables económicamente. Se trata de un tipo de inversión en el que se gestiona el capital colectivo de un conjunto de inversores en distintos tipos de actividades.
Existen fondos de gestión activa y de gestión pasiva: en los primeros se busca activamente mejorar la rentabilidad; en los segundos, se reduce esta búsqueda y el esfuerzo de gestión necesario, por lo que se reduce considerablemente el costo asociado a la gestión. Invertir en un fondo de inversión compuesto de activos inmobiliarios representa una gran alternativa.
Invertir directamente a través de una hipoteca
Finalmente, la inversión directa solicitando un crédito hipotecario para costear el valor de la propiedad puede resultar una de las inversiones más convenientes del sector inmobiliario. Frente a tipos de interés negativos, este tipo de herramientas garantiza un costo reducido por el servicio financiero que representa.
Gracias a ello, la persona puede costear una segunda propiedad y alquilarla para costear luego la devolución del préstamo. Esto además constituye la posibilidad de acceder a otro préstamo por la nueva propiedad, y así sucesivamente. Por lo tanto, la inversión directa mediante una hipoteca es una de las mejores maneras de incrementar el patrimonio y obtener autonomía económica y financiera.
A qué perfiles profesionales recurrir
Si bien las opciones son múltiples y resulta relativamente accesible recurrir a una hipoteca para costear el valor de una propiedad, no debe subestimarse la operación: se trata de una inversión de envergadura que requiere de conocimientos previos en la materia y experiencia en el mercado.
Justamente por ello, antes de comenzar conviene consultar con un asesor financiero especializado en el sector inmobiliario. Este profesional dispone de las competencias necesarias para establecer criterios de acción claros y posibles riesgos asociados a la operación respecto a la capacidad económica de la persona, su patrimonio y capacidad de afrontar las cargas financieras de la operación.
Recurrir a un asesor financiero para conocer el mejor tipo de hipoteca que contratar o los instrumentos financieros de los cuales disponer, resulta especialmente necesario para la persona con un presupuesto ajustado: el costo asociado a su contratación resulta marginal en relación con los beneficios asociados a la operación y el éxito de la inversión.