El dólar se fortaleció en todos los frentes el jueves, pese a que la bolsa de Nueva York sigue creciendo, ajena a cualquier dato o noticia que pueda afectarla. Esta situación ya ocurrió antes de la pandemia en 2020, con el final conocido: un desplome general de las acciones, que en un mes y medio perdieron el 50% de lo cosechado en 11 años.
Esta vez, la situación es distinta. Los mercados atraviesan períodos de zozobra, con cambios de ánimo repentinos, y con un fenómeno que se había perdido: el impacto de los informes en el mercado de divisas. Últimamente, solo algunos informes, como el de empleo, inflación o los anuncios de la Fed tenían efecto en el dólar. El jueves, las peticiones semanales de subsidio por desempleo y el índice de la Fed de Filadelfia sirvieron como disparador para la moneda norteamericana.
Así, el euro quebró la zona de 1.0100, la libra la zona de 1.2000 y el yen 135.00, por primera vez en el mes, luego de que a mediados de julio las tres monedas principales hubieran alcanzado mínimos de variado plazo. Por caso, el euro quebró 1 a 1 por primera vez en 20 años, y el yen rozó 140.00, en un nivel que no tocaba desde 26 años atrás.
Las materias primas no permanecen ajenas a lo que sucede. La onza de oro cayó fuerte, para cerrar el jueves en la zona de 1758 dólares, un nivel que no tocaba desde varias semanas antes, y la plata y el platino aceleran sus respectivas caídas. La presunción de que puede haber una recesión global impacta en los metales, y le da fuerza al dólar.
La excepción viene del lado del gas natural. Se acerca el frío invierno boreal, y con el la crisis energética que ya se siente en parte en Europa Occidental, derivada de la baja provisión de gas que tendrá por parte de Rusia, en represalia a las sanciones impuestas por la UE a Moscú con motivo de la guerra con Ucrania.
Es un verdadero laberinto en que ha ingresado el mundo, con una salida que ni siquiera se percibe. Las sanciones de Europa a Rusia finalmente terminan perjudicando más al propio bloque, dado que Rusia seguirá vendiendo el gas “por debajo de la mesa” a sus aliados, siempre prestos para estos menesteres.
Por el momento, el dólar se ve imparable, y solo se pueden esperar correcciones bajistas de distinto tenor, conforme al rally que presente en cada caso. Las monedas europeas podrían tener algún atenuante próximo, dado que tanto el BCE como el BoE preparan alzas de tipos de interés, que acortarán los diferenciales con la Fed. Pero, a su vez, la Fed no se quedará atrás, y elevará la tasa en un 0.75%, de acuerdo a lo mencionado por varios funcionarios del FOMC en la víspera, lo cual también disparó al dólar.
Lo que viene es una guerra de bancos centrales, siempre muy cautos, y buscando cada uno una política más agresiva, en una dura lucha contra el peor de los impuestos de cualquier país: la inflación.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College