Este miércoles a las 2:00 pm del este, la Reserva Federal dará a conocer su comunicado de política monetaria. Se espera un aumento de tipos de interés del orden del 0.75%, aunque en las últimas semanas habían circulado versiones de que el alza podría ser hasta del 1%. Sin embargo, la proximidad de una recesión en Estados Unidos parece haberle puesto freno a las aspiraciones del banco central de luchar contra la inflación en términos tan agresivos.
El dólar llega a esta instancia muy fuerte. El euro apenas se ha alejado de sus mínimos de 20 años, que tocó dos semanas atrás en 0.9950, quebrando la paridad ante el dólar, en tanto la libra se ubica no muy lejos de sus mínimos de 2 años y medio, que alcanzó días atrás en 1.1730. El yen, por su parte, intenta recuperarse de su caída de casi 26 años, que lo llevó a rozar 140.00 a inicio de este mes. Como se ve, hablamos de niveles particularmente bajos para monedas muy tradicionales y seguras, lo cual pone de manifiesto la búsqueda de refugio por parte de los inversores.
La situación lo amerita. La guerra en Ucrania fue la gota que rebalsó un vaso que venía ya bastante lleno, con una crisis desatada en marzo de 2020 con el inicio de la pandemia. El mundo se paralizó durante varios meses, aunque la bolsa de Nueva York rápidamente se recuperó y alcanzó máximos históricos en noviembre de ese año, impulsada por una liquidez de la Fed que en ese momento parecía no tener fin.
Fue precisamente ese exceso de liquidez, sumado a la demanda exacerbada de bienes y servicios a nivel global lo que generó no solo una inflación galopante, sino también enormes dificultades en la cadena de suministros. El petróleo pasó de valores negativos, una situación insólita pero que ocurrió hace apenas poco más de 2 años, a valores máximos de casi 15 años, sin pausas.
Cuando la Fed reaccionó, la inflación ya superaba el 5%, y allí abandonó su discurso de “fenómeno transitorio” para admitir que la situación comenzaba a irse de las manos. Y fue en febrero de este año cuando la invasión de Rusia a Ucrania disparó los precios de la energía y las materias primas vinculadas a la alimentación, multiplicando el efecto nocivo de la inflación.
Las alzas continuas de tipos de interés no fueron por ahora suficientes para frenar el creciente costo de vida. La Fed echó mano a esta herramienta tres veces este año, e incluso comenzó a recortar su gigantesco balance de 10 billones de dólares, pero por ahora no logró siquiera ponerle un techo a la inflación, que en junio superó el 9% interanual.
El combate a la inflación se topa ahora con una probable recesión, cuando faltan 24 horas para que se conozca el PBI avanzado del segundo trimestre.
La reacción del mercado a los anuncios de este miércoles parece descontada: el dólar tiene bastante para ganar en forma inmediata, y la bolsa de Nueva York bastante para perder. Claro, hay que conocer el tenor del comunicado, y sobre todo escuchar al presidente de la Fed, el Sr. Powell, quien explicará las medidas que se tomen, y dará alguna pista de lo que viene.
El panorama luce complejo, y difícilmente vaya a cambiar la tendencia alcista del dólar en estos tiempos, aunque una visión algo pesimista de la economía podría ponerle un límite, en especial ante las monedas europeas. Por otra parte, si los rendimientos de los bonos llegaran a caer, el oro, muy débil en estas horas, podría dar señales de recuperación. En cualquier caso, convendrá tener paciencia y esperar, dado que los movimientos, en el corto plazo, serán sumamente bruscos.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College