El euro y la libra esterlina lograron escapar en buena forma a sus respectivos mínimos de 20 y 2 años de la semana pasada, alcanzando niveles que no tocaban hace varios días. Estos movimientos están en el marco de una baja pronunciada del dólar en todos los frentes, impulsada a su vez por una fuerte recuperación de la bolsa de Nueva York. Conviene revisar los motivos de estos movimientos, y lo que puede suceder en los próximos días.
Como es sabido, los bancos centrales son los protagonistas en estos tiempos. Y estamos en época de anuncios importantes, con las entidades emisoras recortando todo plan de ayuda a sus economías, y elevando sus tasas de interés de la forma más agresiva que pueden, tratando de no dañar demasiado el frágil equilibrio económico de sus países.
El Banco Central Europeo dará a conocer su comunicado de política monetaria el jueves, y se espera un aumento de tasa del 0.25%, muy modesto respecto a lo que están haciendo otros bancos centrales. Ello explica, en parte, la caída debajo de la paridad del euro ante el dólar, que tuvo lugar el jueves pasado. La recuperación de la moneda única viene de la mano de una inflación muy alta en la Eurozona, que obligaría al BCE a mostrarse algo más agresivo el jueves en su comunicado, y la posibilidad, deslizada en la tarde de Nueva York del martes, de que Rusia ponga en marcha el gasoducto que salió de servicio días atrás por mantenimiento. Muchas autoridades europeas suponen que el gasoducto no será reabierto, lo cual generaría un caos energético en el invierno boreal, y traería duras consecuencias económicas a la Eurozona.
En nuestra opinión, esta reapertura aparece más como una expresión de deseos que como una probable realidad. Si hay algo que no se puede esperar del gobierno ruso es que colabore con el resto de Europa, en momentos en que la Unión Europea impone sanciones duras contra Moscú por la invasión a Ucrania. De todas formas, esta versión le sirve al euro para alejarse de sus mínimos. El jueves se definirá mejor su panorama de corto plazo, que creemos puede volver a ser bajista, aunque sin llegar a los mínimos de la semana pasada.
La libra esterlina sigue, algo a destiempo, los movimientos del euro. La publicación de la inflación de Reino Unido (podría quedar en el 9.3% anual) tendrá especial impacto en la moneda británica. Las declaraciones del gobernador del Bank of England, Sr. Bailey, acerca de la chance de que haya un aumento de medio punto en la tasa en la próxima reunión de política monetaria, no le dio muchos motivos a la libra para festejar, si bien superó con claridad la zona de 1.2000, para volver a caer en las últimas horas del martes. El quiebre de 1.1930 posicionará a la libra nuevamente a la baja durante las próximas horas, pese a que lo antes mencionado limitará una caída tan importante como la que sufrió la semana anterior.
La sesión del miércoles traerá como datos de interés las cifras de inflación en Canadá, con una moneda local, el Loonie, que viene recortando pérdidas, ante la recuperación del petróleo, que a su vez se acerca a los 100 dólares en los futuros del WTI.
Por otro lado, se conocerán los permisos e inicios de construcción de junio en Estados Unidos, con un impacto de mediana intensidad en el dólar. Sin dudas, la apertura de la sesión americana será de gran importancia: si las acciones principales siguen al alza, el dólar puede volver a ceder terreno.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College