La sesión del martes no dejó demasiado nuevo para el análisis. El dólar mantuvo su dominio en el mercado de divisas, y pese a los intentos de las monedas rivales de recuperarse, lo único que logran, y esporádicamente, es ganar un puñado de puntos, para retroceder con más fuerza que antes.
Esta vez, no solo las monedas sufrieron el embate del dólar. Las materias primas pasan por un momento de baja importante, con el oro llegando a mínimos de 3 meses, y la plata con una insólita caída a mínimos de 22 meses, cerca de la zona crítica de 21 dólares. El petróleo, en tanto también retrocede con fuerza, ya debajo de los 100 dólares por barril WTI, y el gas natural es tal vez la materia prima más volátil, con una fuerte recuperación de última hora, luego de llegar a mínimos de 20 días.
Al respecto, quedan algunas consideraciones. La primera impresión que queda es que los mercados esperaban algo mucho peor de la presentación del presidente Putin en la celebración del 9 de mayo. Si bien después de su discurso los bombardeos sobre diversas regiones de Ucrania se intensificaron, sus palabras no impresionaron tanto, y tanto el petróleo, que ya venía perdiendo posiciones, como el gas natural, que había llegado a máximos de 15 años pocos días atrás, comenzaron un fuerte retroceso.
¿Se puede tomar esta baja de ambas materias primas, que son vitales en la industria, como una muestra de relajación? No, pero al menos no crecieron, y eso tiene que ver no solo con los dichos de Putin, sino también con el encierro al que están sometidas varias ciudades de China por la pandemia. Por lo demás, nada ha cambiado: Europa, o buena parte de ella, sigue tan dependiente de la provisión de gas y petróleo de Rusia como antes de la invasión.
La debilidad del euro y la libra sí están directamente vinculadas al conflicto en Ucrania, toda vez que los bancos centrales emisores de ambas monedas están dando muestras de que sus respectivas políticas monetarias serán más duras en el futuro, sin llegar al límite de la Fed, que es como el eje rector de los demás bancos centrales.
Precisamente, este miércoles tendremos el dato más importante de la semana, con las cifras de inflación de abril en Estados Unidos. Luego de llegar al 8.5% en marzo, la marca más alta en más de 40 años, se espera un ligero retroceso del índice, aunque no por debajo del 8%, en términos interanuales. Una medición que caiga debajo de tal cota sí sería un disparador de ventas de dólares, al menos en el corto plazo. La otra impresión que queda en estos días es que los mercados están esperando una señal, aunque sea débil, para desprenderse de dólares muy caros, y volver a activos de inversión.
¿Será entonces la inflación debajo del 8.5% lo que detenga al dólar? Creemos que puede ponerle un freno en el corto plazo, pero no hay que olvidar que los subyacentes que llevaron a los precios a la situación actual se mantienen intactos: enorme emisión que recién ahora será recortada, una pospandemia con problemas en la cadena de abastecimiento global, una guerra despiadada, y la Fed que no solo eleva la tasa de interés cada vez que puede, sino que advierte que los próximos aumentos pueden ser más altos aún. ¿Por qué motivo entonces el dólar debería abandonar definitivamente su tendencia alcista, para iniciar un ciclo en dirección contraria? Lo más probable es que retroceda, sí, a modo de corrección bajista, en medio de un rally que lo ha llevado, tomando la medición en conjunto con las monedas líderes (el llamado índice dólar) a sus máximos en 20 años.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.
Adrián Aquaro
Trader College