La incesante marcha al alza de los tipos de interés en EE.UU. continuó la semana pasada. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años aumentó otros 6 puntos básicos, y terminó la semana por encima del 2,90%.
Finalmente Macron va a ser reelegido presidente francés, lo que unido al giro del BCE hacia una respuesta más agresiva frente a la inflación podría desencadenar un repunte del euro en las próximas semanas. El informe de inflación de abril de la eurozona, que se publicará el viernes, se perfila como el evento más importante de la semana, aunque también conoceremos una serie de datos de crecimiento e inflación de EE.UU. Una sorpresa al alza en la inflación de la eurozona podría hacer que la tasa principal se acerque peligrosamente al 8% y respalde los argumentos a favor de una subida de tipos en julio, forzando una nueva revalorización de los tipos europeos y ayudando a la moneda común.
EUR
A pesar de la volatilidad, el escenario se volvió la semana pasada algo más positivo para el euro. Los índices PMI de actividad empresarial de abril fueron mejores de lo esperado, lo que sugiere que la economía de la eurozona está superando el impacto de la guerra de Ucrania mejor de lo previsto. Y lo que es igual de importante, la retórica del BCE ha dado un claro giro hawkish. Tanto el vicepresidente, Luis de Guindos, como la presidenta, Christine Lagarde, sugirieron la semana pasada que es muy posible una subida de tipos en julio e y se mostraron cada vez más preocupados por las presiones inflacionistas.
Los datos de inflación de abril, que se publicarán el viernes, podrían sellar los argumentos a favor de una subida de tipos en julio. Es posible que la tasa principal se acerque al 8%, y el aumento de la tasa subyacente debería continuar, haciendo cada vez más difícil culpar a la subida de los precios de la energía.
USD
Ahora que una subida de 50 puntos básicos está más o menos ya prevista (no sólo para la próxima reunión de la Reserva Federal, sino también para las dos siguientes) algunos miembros de la Fed plantean la posibilidad de una subida de 75 puntos básicos.
Llevamos más de un año insistiendo en que los mercados no estaban previendo suficientes subidas por parte de la Reserva Federal, pero creemos que nos estamos acercando al punto en el que se está valorando lo suficiente a corto plazo, y los nuevos aumentos de los rendimientos de los bonos estadounidenses deberían limitarse hasta alcanzar el punto más alto de las expectativas de tipos de interés. Al menos por ahora, parece que el diferencial de tipos entre EE.UU. y la eurozona se está estabilizando, lo que significa que la subida del dólar frente a las divisas europeas podría finalizar pronto.
GBP
Las débiles cifras de la semana pasada contribuyeron a hundir la libra por debajo del 1,30 frente al dólar. Las ventas al por menor, la confianza de los consumidores y los índices PMI de actividad empresarial fueron más débiles de lo esperado, y las confusas comunicaciones del Banco de Inglaterra sobre su respuesta a la ola inflacionista no están ayudando. Sin embargo, observamos que los PMIs siguen siendo coherentes con un fuerte crecimiento y que la economía se encuentra en o muy cercano al pleno empleo, y consideramos que la bajada de la libra esterlina la semana pasada fue una reacción excesiva.
Este semana no hay noticias macroeconómicas relevantes y el Banco de Inglaterra ha entrado en su periodo de silencio previo a la reunión, por lo que se espera que la libra fluctue en función de acontecimientos y noticias externas.