Las Minutas de la última reunión de política monetaria de la Fed dejaron en claro la intención del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) de endurecer su política monetaria a partir de ahora. Si bien ya se había producido un alza de tipos de interés en marzo (el primero en poco más de tres años), el comunicado conocido el miércoles por la tarde demostró la voluntad del banco central de seguir elevando la tasa en varias oportunidades este año y, lo más importante de reducir el enorme balance, que se acerca a los 10 billones de dólares.
Si bien a las actuales autoridades se les achaca haber emitido dinero en forma descontrolada, lo cierto es que esta política ultra laxa, que aún persiste, comenzó con la crisis de 2008, concretamente en marzo de 2009, con los planes de estímulo de entonces, que nunca han sido rescatados en su totalidad. De allí es que ahora la Fed anuncie que se recortarán unos 95.000 millones de dólares mensuales, una cifra que, al cabo de un año, reducirá en un 10% el balance, con una tasa de interés muy por encima de la actual.
Concretamente, la Fed anunció que llevará desde el mes próximo su política monetaria a “neutral”. Esto significa en los hechos que la tasa de interés no afectará a la economía, ni al PBI local, ni a la actividad comercial en general, y buscará, además, combatir la inflación récord de más de tres décadas, que es lo que llevó al banco a tomar estas decisiones.
El dólar, naturalmente, se mantiene muy fuerte en todos los frentes. La bolsa de Nueva York volvió a retroceder, producto de que fue alimentada durante muchos años con una liquidez que ahora comenzará a escasear, aunque en una medida aún muy baja. De todas formas, el cierre de la víspera en las acciones líderes no fue tan negativo, y varios papeles aprovecharon para recortar pérdidas sobre el cierre de la sesión, algo que los posiciona con un tono alcista para este jueves.
En sus cruces principales, el dólar se mantiene irme, en especial ante el euro, la libra esterlina y el yen, monedas ante las cuales se acerca a máximos anuales (euro y libra) y de más de seis años (yen). La moneda nipona, afectada por los rendimientos de los bonos del Tesoro, por la ampliación de la base monetaria en Japón, y por el alza ahora atenuada del petróleo, es una de las monedas más débiles del momento.
Respecto a las divisas europeas, su debilidad actual se explica desde varios puntos de vista. El primero, como es natural, proviene de la guerra entre Ucrania y Rusia, que no da tregua, más allá de algunas declaraciones que ya suenan más a buena voluntad que a algo real. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea siguen sancionando a Rusia a través de medidas económicas que deberían debilitar a Moscú. Pero se está soslayando que muchos países de Oriente acompañan a Rusia por acción u omisión, sobre todo en cuanto a la compra de petróleo, vital para el funcionamiento de la economía rusa.
Por otro lado, las respectivas políticas monetarias del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra distan de ser tan duras como la que llevará a cabo la Fed. El BoE parece pedir permiso para elevar los tipos de interés, y el BCE ni siquiera se lo plantea como una alternativa válida para este año. La inflación, tanto en Reino Unido como en Europa, está en los niveles más altos de casi cuatro décadas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College