Fuertes movimientos presentan los mercados en el inicio de la semana, después de un fin de semana terrible en el frente de guerra generado en Ucrania, por la invasión de Rusia. La férrea defensa de la capital ucraniana, Kiev, mereció que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara un ataque más masivo que los anteriores. La respuesta de gran parte de los países de Occidente fue el repudio inmediato, y tanto Estados Unidos como la Unión Europea dispusieron la expulsión de Rusia del sistema SWIFT. Este sistema que es el que asigna un código propio a cada banco (la gran mayoría de los bancos del mundo lo tienen) y permite realizar cualquier transacción internacional sin demoras.
La respuesta de Rusia fue más inquietante. Putin hizo poner en alerta a las fuerzas nucleares de su país, un ultimátum que forzó al gobierno de Ucrania a aceptar una negociación en Bielorusia (es decir en territorio amigable con Rusia) para tratar de llegar aunque más no sea a un acuerdo precario que termine con esta escalada.
Las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia son muy severas, pero también perjudican a los países que las dispusieron. Alemania, el país más afectado, se había negado a expulsar a Rusia del sistema financiero, pero terminó por acceder, presionado por el resto de la Unión Europea, a sabiendas de que cualquier otra salida puede ser peor. En la apertura, el dólar más que duplicó su valor ante el rublo, en tanto el euro y la libra sufrieron una baja muy considerable, después de un viernes que los había visto con signos de recuperación.
Los gaps que dejaron los pares principales -en todos los casos contrarios a las monedas europeas- son significativos, y más allá de cuestiones técnicas, muestran que en definitiva, a Rusia le saldrá cara la invasión, pero también al resto del mundo. Solo una negociación que imponga un alto el fuego sustentable puede normalizar parcialmente esta situación.
El panorama semanal también luce complejo en el calendario de noticias. Como cada inicio de mes, el Banco de la Reserva de Australia anunciará su tasa de interés, que se espera sin cambios, aunque habrá que ver cual es el tenor del comunicado de la entidad. El dólar australiano se debilitó en la apertura de la semana, al ritmo del euro y la libra esterlina.
El martes, el ISM de manufacturas no tendrá esta vez el peso de otros meses, como tampoco lo tendrá el de servicios, previsto para el jueves. En cambio, la reunión de la OPEP del miércoles, que no suele impactar demasiado en el petróleo, esta vez será fundamental, con la materia prima en máximos de más de 7 años, y con una perspectiva alcista imparable. ¿Será el momento de aumentar la producción? ¿Se mantendrá como hasta ahora? El miércoles lo sabremos.
También el miércoles se conocerá la encuesta ADP de empleos privados, un anticipo de las nóminas de empleo no agrícolas del viernes. Y también el miércoles se publicará el Libro Beige de la Fed, que refleja la visión de los gobernadores del FOMC, a falta de dos semanas para la próxima reunión de política monetaria.
Precisamente, el presidente de la Fed, Jerome Powell, se presentará en el Congreso –el miércoles y jueves- y allí puede develarse parte del misterio de lo que viene en materia de política monetaria. Hasta hace pocos días, los mercados descontaban un alza de tipos de interés, y la discusión era el tenor de la misma. Ahora, el mundo mira hacia el Este de Europa, y la Fed puede demorar el alza de tipos, aunque sabe que la inflación se mantiene muy alta. El costo de la energía se dispara, y con ello cualquier intento de bajar la inflación en el corto plazo se diluye.
Como se ve, el mundo parece estar en una suerte de candado. Si la guerra se extiende, Rusia puede tener mejores posibilidades en el terreno militar, pero se debilitará económica y financieramente. Europa, y otras partes del mundo, cuya provisión de gas y petróleo depende en parte de los envíos de Rusia, se verán complicados para efectuar pagos, pese a que en estos momentos esos envíos están a salvo.
Y por el lado de la Fed, sus eternos planes de estímulo muestran ahora su peor cara. Una inflación muy alta, difícil de combatir, con los mercados en alerta por la guerra y por un alza de tipos de interés que se demoró más de lo normal. Son días complicados en los mercados, y convendrá tomar las precauciones del caso.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College