Cuando la semana pasada parecía terminar con una relativa tranquilidad en los mercados, el Asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, reveló que, de acuerdo a informes de Inteligencia, Rusia podría invadir Ucrania en pocos días. La novedad, que sorprende relativamente, encendió al máximo las alarmas de los mercados globales, que inmediatamente reaccionaron con movimientos lógicos para estas circunstancias.
El yen, que había caído en forma exagerada en las sesiones anteriores, se apreció con fuerza el viernes a la tarde, al igual que la onza de oro, que llegó a su máximo de un mes y medio. El euro y la libra esterlina cayeron con moderada fuerza, en tanto la bolsa de Nueva York, que se movía sin mucha convicción a la baja, terminó cayendo sin atenuantes.
El escenario luce casi explosivo para algunos activos. No para mal en todos los casos. Rusia prepara la invasión a Ucrania, de donde ya han escapado la mayoría de las personas que componen las representaciones diplomáticas de prácticamente todos los países. Durante el fin de semana, tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablaron largamente con Vladimir Putin, líder ruso, sin que la escalada militar se haya detenido.
A este dramático escenario, y a las sanciones de distinto tenor que Occidente le aplicará a la Federación Rusa ante la invasión (que los rusos niegan una y otra vez), se suman las medidas que tomará la Reserva Federal en su próxima reunión de política monetaria, que consistirán en elevar los tipos de interés en reiteradas oportunidades durante 2022.
El panorama aparece, entonces, ideal para los activos de refugio, como el yen, que ya apuró su recuperación el viernes a modo de aviso. Habíamos mencionado que la baja del yen no parecía normal, pese a que la inflación conocida el jueves garantiza movimientos de tasa por parte de la Fed. La situación del yen es similar a la de febrero de 2020, cuando cayó sin muchos motivos, para ganar más de 1000 puntos en pocos días ante la explosión de la pandemia.
También el oro tiene una gran oportunidad. Después de meses de boyar debajo de 1830.00 dólares, con mínimos que parecían enviarlo incluso debajo de los 1700.00 dólares, la onza volvió a actuar como lo hace cuando la situación apremia, creciendo con fuerza, y sin respetar muchos parámetros técnicos. Es la condición de la cual adolecen las criptomonedas, que insólitamente han querido ser presentadas como alternativa al oro bajo el argumento de su condición antiinflacionaria, un argumento descabellado y falaz, cuya inexactitud quedó al descubierto el mismo viernes por la tarde. Finalmente, si de algo sirven estas situaciones, es para poner en blanco y negro que es lo que realmente vale en los mercados.
La contrapartida es la bolsa de Nueva York. Al mal humor de los mercados por la falta de liquidez (o más bien, de dólares casi regalados) que habrá desde marzo, se suma ahora esta nueva preocupación de una guerra casi segura. Los índices bursátiles cayeron fuerte en estos días, y salvo algunas acciones con balances mejores de lo esperado, las demás cedieron posiciones, sobre todo las tecnológicas, que han constituido una gran burbuja con argumentos tan burdos como los expuestos sobre los activos antes mencionados.
La apertura del día, en horario asiático, no ofreció cambios relevantes, una muestra de que, al menos en estas primeras horas, los mercados están tranquilos, y esperando novedades.
La semana tendrá como atractivos principales las minutas de la última reunión de política monetaria de la Fed y las ventas minoristas de enero, previstos para el miércoles. A la vez, el PBI de Reino Unido moverá fuerte a la libra. Este lunes, la presentación de James Bullard, titular de la Fed de St. Louis, un miembro de poca relevancia en el FOMC, pero con derecho a voto, será importante. El funcionario movió decisivamente el mercado de acciones el jueves, al afirmar que votará por un aumento del 1% en la tasa de interés en julio.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College