La agenda de noticias incluye este viernes uno de los datos clave del mes. La cifra de inflación de noviembre en Estados Unidos echará a rodar todo tipo de especulaciones respecto a las medidas que, en materia de política monetaria, tomará la Fed en su reunión de la semana próxima. Se sabe, de antemano, que los recortes anunciados por el organismo que lidera Jerome Powell se acelerarán, para terminar con las compras de bonos en mayo de 2022, tras lo cual podrían sobrevenir uno o dos aumentos de tipos de interés.
En parte, esto limita el impacto que tendrá en los precios la medición de inflación mencionada. Lo que sí impacta, y no en los precios del dólar, sino a la vista (y al bolsillo de los consumidores) es la cifra propiamente dicha. El 6.8% de inflación interanual esperado (noviembre 2020 a noviembre 2021) es la más alta en décadas, y aunque la medición que la Fed prefiere mostrar, la subyacente, podría llegar 4.9%, en ambos casos se trata de datos que más que duplican (casi triplican) el objetivo del banco central, del 2% anual.
Si bien era esperable una inflación alta, tomando en cuenta el costo de energía, que creció en forma exponencial desde mediados de 2020, y el de los vehículos usados, por la falta de microcomponentes en los vehículos nuevos, tanto como el costo de transporte, que en los últimos meses se ha ido moderando, lo cierto es que la inflación se le escapó de las manos a la Fed, que terminó por reconocer que se trata de un fenómeno “no transitorio”, y contra el que deberá luchar fuerte en los próximos tiempos.
Claro que estos pronósticos son solo eso. Una medición por encima de estos valores solo hará que el dólar se fortalezca con mayor énfasis, después de una semana de dudas, y sin poder imponerse claramente en ningún frente, salvo algún mínimo del euro y el yen medianamente relevantes. Una medición algo más moderada no cambiará demasiado el panorama, pero podría limitar el alza del dólar.
La bolsa de Nueva York perdió su clima eufórico del martes, con dos bajas importantes, tanto el miércoles como el jueves. Otra vez los operadores se preocupan por el coronavirus, y tienen motivos: si se agrava el cuadro actual, la Fed no saldrá en auxilio, sino todo lo contrario. De todas formas, todo parece estar preparado para que la bolsa vuelva a brillar en pocos días.
Las divisas líderes, en cambio, se mueven en distintas direcciones. A la libra esterlina, por caso, le está costando hacer pie, y aunque lo intenta, la zona de 1.3300 le queda muy lejos, y la de 1.3000 bastante más cerca. La expansión de la variante ómicron del virus está impactando fuerte en Reino Unido, y ello explica, en buena parte, la baja de la divisa británica.
El euro, si no logra superar con firmeza 1.1350, también tendrá destino bajista en las próximas sesiones, probablemente para buscar los mínimos del mes pasado en 1.1185. El yen, en cambio, tiene un destino bajista más claro, por encima de 114.30.
La onza de oro, por su parte, no logra salir de su rango de precios estrecho, y solo algún estímulo que por ahora no se ve claro, le va a costar pasar los 1800 dólares.
Todo esto sucederá a partir de las 8:30 del este. A las 9:30 comienza la sesión americana, y allí se verá el real impacto de la inflación en los mercados. Día de final abierto.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College